Sincronicidad: ¿Casualidad, coincidencia o destino?

Lo que parece una casualidad puede ser una sincronicidad de eventos, una fuerza mucho más mágica que el azar.

Yo creo que todos hemos experimentado en alguna ocasión una coincidencia que parecía tan improbable que nos resulta mágica y epifánica, como si existieran conexiones entre sucesos, personas o informaciones a través de hilos invisibles que tan sólo podemos vislumbrar por momentos. Según el psiquiatra suizo Carl Jung esto no es casualidad, sino sincronicidad, uno de los aspectos más enigmáticos y sorprendentes de nuestro universo.

Seguro que alguna vez un libro o un anuncio publicitario te han dado la respuesta a esas dudas que continuamente te estabas planteando; que ibas a llamar por teléfono a una persona y en ese mismo instante, es ella la que te llama; que has tenido un encuentro inesperado en un lugar que ni siquiera pensabas o que has encontrado a la persona exacta cuando la necesitabas apareciendo de la nada.

Los seres humanos, vivimos una infinita cantidad de eventos que muchas veces creemos que sólo son casualidades, pero cuando nos compramos la idea de que es sólo una casualidad, corremos el riesgo de perdernos de información valiosa y así nos vamos a dormir con la mente bloqueada o incrédula luego de en el transcurso del día habernos encontrado con un símbolo de manera recurrente.

¿Qué es la sincronicidad?

La palabra sincronicidad es un término elegido por el psicoanalista Carl Jung para referirse a “dos hechos vinculados de manera simultánea y de forma no causal”, como la unión de los acontecimientos interiores y exteriores de un modo que no se puede explicar pero que tiene cierto sentido para la persona que lo observa.

Mente de hombre iluminada

Jung llegó a la conclusión de que hay una íntima conexión entre el individuo y su entorno, que en determinados momentos ejerce una atracción que acaba creando circunstancias coincidentes, teniendo un valor específico para las personas que la viven, un significado simbólico o siendo una manifestación externa del inconsciente colectivo. Son este tipo de eventos los que solemos achacar a la casualidad, el azar, la suerte o incluso a la magia, según nuestras creencias.

La sincronicidad nos representaría en el plano físico, por ejemplo, la idea o solución que se esconde en nuestra mente, maquillada de sorpresa y coincidencia, siendo de esta manera mucho más fácil alcanzar.

Al igual que Jung, Wolfgang Pauli, premio nobel de la física pensaba que la sincronicidad era una de las expresiones que caracterizaban al unus mundus, una realidad unificada de la que emerge y regresa todo lo existente. Coincidiendo esta concepción con la Teoría de la Totalidad y el Orden Implicado de la Mecánica Cuántica del físico estadounidense David Bohm.

El punto aquí es que cada persona con la que te encuentras, cada imagen que se te presenta, cada frase y canción que lees y escuchas, cada lugar que pisas, cada evento que vives y cada sueño que experimentas, tiene un mensaje, una razón de ser, TODO TE ESTÁ ENSEÑANDO ALGO.

Si tan solo pusiéramos más atención a lo que soñamos muy probablemente seríamos seres más poderosos y conscientes. Los sueños son mensajes de nuestro mundo interior, son grandes maestros que nos vienen a mostrar grandes aspectos de nosotros mismos y el mundo que nos rodea, porque la mayoría de las veces en cada sueño eres tú todos los personajes, son muchos de ellos fragmentos de tu propia personalidad.

La sincronicidad para la mente racional se llama “casualidad”, sin embargo, el destino tiene señales y hay que estar atentos para verlasEl universo tiene una especie de orden, por eso es por lo que muchas veces las cosas no son cuando nosotros queremos, sino cuando tiene que ser, por tanto, FÉ ES PACIENCIA.

Las sincronicidades ocurren cuando los eventos se unen en relación con el estado interno de una persona. Todos tenemos un universo oculto y vivimos proyectando, atrayendo a partir del sentimiento, es así como hacemos uso de la capacidad que tenemos los humanos de abrir campos nuevos.

¿Te ha pasado que de pronto te equivocas y te has encontrado envuelto en una serie de eventos y luego de mucho tiempo te das cuenta de que ningún evento estuvo aislado, aunque en un inicio no te hacía sentido nada de lo que ocurría?

A person in a spiral shape

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De pronto resulta que te encuentras con un animal de manera recurrente que te afecta de una u otra forma, te genera una sensación o algún tipo de elemento, símbolo o sueño, o es también como cuando un día dices “hoy voy a tomar clases de baile” y sales a la calle y de pronto alguien te da información de clases de baile a tres cuadras de tu casa o tu trabajo.

Hay fenómenos que marcan nuestra experiencia, pero hay otros que son advertencias, basta con poner el foco en nuestras sensaciones corporales y no hacer caso omiso a éstas. Por eso y más, es importante darte cuenta y conocerte, mirar tus vicios y patrones, sólo tienes que darte cuenta sin exigir un cambio inmediato, cuando te das cuenta generas conciencia y la conciencia te redirecciona a lugares distintos con gente nueva y cuando te fijas en el fenómeno, éste crece, por eso es por lo que nuestro miedo u opuestamente nuestra sensación y deseo de bienestar se expande y transforma todo el entorno.

Cuando tienes una idea muy clara y te enfocas accionando se abren puertas, pero ocurre también que muchas veces la soberbia nos impide avanzar, el creer que lo sabemos todo y que tenemos la razón no admitiendo nuestras propias limitaciones.

¿Qué hacer para tener el corazón y la mente abierta?

Transformar y hacer que ocurra una evolución a través de lo que vives enfocándote en el para qué y no en el por qué. Las sincronicidades son luces del destino, aunque nos empeñemos en mirar las cosas de manera causal, ¿y qué tal si en lugar de interpretar la causa vamos más allá y vemos qué mensaje nos está transmitiendo aquello?

Por eso no te enojes cuando pierdes el transporte o cuando algo que tanto quieres no llega, por eso mantente completamente presente y apuéstale al aquí y ahora, no vivas en automático porque entonces cuando vamos ensimismados en la densidad de nuestra mente, nos perdemos de todas estas señales, tan bonito que es caminar y observar los rostros, los árboles, tantos colores y ese gozo que da cuando el viento nos despeina.

Con tanta más lucidez vivamos podremos ver las señales: liberémonos de nuestra forma de pensamiento lineal, abrámonos ante el hecho de que todo son escalas vibracionales que nos conectan unos con otros, por ejemplo, es normal que cuando sientes miedo atraes justo eso que no quieres porque este mundo es un espejo y así es como generamos sincronicidades.

Enfócate entonces en lo que sí quieres, así como disciplinas tu mente para visualizar lo no deseado disciplínala para enfocarse en lo que sí quieres. Por eso se habla también del poder del pensamiento y el sentimiento, porque cuando movemos dentro de nuestro corazón, movemos el mundo afuera.

Poner atención en las sincronicidades es importante porque muchas veces las oportunidades pasan frente a nuestra nariz y no estamos atentos, de pronto llega una ayuda externa justo antes de tirar la toalla, es como si la vida y el universo supieran que estás haciendo un esfuerzo final y te dieran lo que estás necesitando para concretar con tu objetivo.

Una de las ideas para que la sincronicidad de resultados es que no seas desleal a ti, que en los momentos de mayor necesidad seas fiel a los anhelos de tu corazón; La invitación hoy es que, NO TE RINDAS, porque la sincronicidad aparece y tu única tarea es mantenerte conectado con todo lo que te rodea y abierto a todas las señales del camino.

“Somos como islas en el mar, separadas de la superficie, pero conectadas en la profundidad” William James.

A close-up of a couple of heads

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Sincronicidad: momentos mágicos

Una experiencia sincrónica suele venir a nuestras vidas cuando menos lo esperamos, pero en el momento exacto, cambiando en ocasiones la dirección de nuestro camino e influyendo en nuestros pensamientos. Pero para ello, tenemos que estar receptivos y atentos al mundo que nos rodea, creando la apertura a esa posibilidad de sincronicidad.

La sincronicidad nos representaría en el plano físico, por ejemplo, la idea o solución que se esconde en nuestra mente, maquillada de sorpresa y coincidencia, siendo de esta manera mucho más fácil alcanzar.

Una experiencia sincrónica suele venir a nuestras vidas cuando menos nos lo esperamos, pero en el momento exacto, cambiando en ocasiones la dirección de nuestras vidas e influyendo en nuestros pensamientos. Pero para ello, tenemos que estar receptivos y atentos al mundo que nos rodea, creando la apertura a esa posibilidad de sincronicidad.

Cuanto más alertas estemos con respecto a nuestro entorno, más probabilidades habrá de que ocurra la sincronicidad a nuestro alrededor o al menos, que le prestemos atención desde pequeñas conversaciones, canciones de la radio o mensajes publicitarios, por ejemplo, hasta encuentros aparentemente «fortuitos». Tan sólo hay que estar atentos.

Si dejamos a las circunstancias fluir y no presionamos ni forzamos la ocurrencia de sucesos o la voluntad de las personas, mientras mantenemos una actitud receptiva y de apertura, dejándonos llevar por nuestra intuición y nuestra sabiduría interior, nos abriremos a «la magia» que nos ofrece la experiencia de la sincronicidad. Si sabemos escucharla puede convertirse en una buena guía para nuestras vidas.

Quizás esta sea una de las muchas leyes universales que no puedan ser probadas con demasiada seguridad, pero que sin embargo su presencia ha guiado la vida de multitud de personas sin siquiera pensarlo, y es una de las razones que nos hace mantenerla vigentes.

Por tu éxito y el mío

Martha

Referencias

La mente es maravillosa

Blog OCC Mundial

Aleja Consejos del conejo

Mazui