Cuarentena y que aprendimos de ella

El 2020 fue un año que marcó a toda la humanidad, nos tocó vivir en cuarentena. A muchos de nosotros la cuarentena, esta inusual oportunidad, ha sido uno de esos caminos que han permitido ver un poco más de nosotros. Nos tocó vivirla y aprendimos a estar solos.

Algunos pensarán que en la soledad no se aprende, pero tengo para decirles que no es cierto. La soledad en una gran maestra. Y su gran enseñanza es que todo lo que tengo que aprender está dentro de mí. El gran encuentro conmigo mismo. Ya no tenía excusas para decir que no tengo tiempo, que estoy muy ocupada con asuntos que me distraen.

Todas las excusas se acababan.

Tenía tiempo de leer mucho y no lo hice.

Tenía tiempo de escribir y no lo hice.

Tenía tiempo para hablar por teléfono con mucha gente amiga y no lo hice.

Ha sido un tiempo de introspección. Entrar en mí para verme.

Tenía tiempo de aprender a hacer algo nuevo e incursionar en las nuevas modalidades del internet y quedé en ese estado de espera, observación, silencio.

Me puse a pensar que el silencio habla. El cuerpo habla. La soledad habla. Y ¿que escuche en mi silencio?

Que me gusta la libertad.

Que no me gusta estar prisionera en mi apartamento.

Que me gusta quedarme en ese estado meditativo, el silencio y la contemplación.

Que me gusta abrazar y demostrar a otros cuanto me importan

También me dejé ayudar, acepté que otros quisieran resolverme las compras del súper, que me mandaran comida con solo hacer un clic en una orden por internet, acepté a ser dependiente, vulnerable, frágil.

Me di cuenta de que no hay tiempo que perder. Que todo es ahora. Y que esta es la oportunidad de hacerlo, decirlo, compartirlo. Muchos tocaron fondo, se deprimieron, enfermaron, tal vez porque necesitaban conocer la profundidad de su dolor, muchos lloraban sin saber porque lloraban, fueron momentos de angustia para muchos, de crecimiento para otros, de oportunidades para los de mente emprendedora.

Lo que hayas pasado estoy segura de que cambió incluso tu manera de pensar, en mi caso me di cuenta de que perdí mis miedos, puse muchas cosas en orden, arreglé gavetas, limpié armarios, boté papeles, regalé cosas.

Me di permiso a ser perezosa. Me mantuve conectada a las series, WhatsApp, las noticias, las conspiraciones…me di cuenta de que me gusta estudiar, tomé algunos cursos, entre ellos danza, ejercicios, crecimiento personal, eso…. fue fantástico.

Noté que estoy preparada para las nuevas formas de vida. Que ahora valoro nuevas cosas y que estoy rodeada de ángeles que me están haciendo consciente de su valor en mi vida. Que me necesitan y yo necesito al otro.

Todo cambió en un abrir y cerrar de ojos. Cambió la manera de manejarme en el día a día, la higiene, los saludos, las clases, las distancias, el manejo de las informaciones, la salud, el comercio, la conciencia de las necesidades.

La vida se ha complicado y se ha simplificado. La comunicación está más cercana y lejana. Ya no puedo seguir acusando a otros de mis dramas. Soy responsable de lo mío.

Las fronteras se cayeron y se levantaron. La dualidad de este mundo en el que hemos crecido se comenzó a achicar y a agrandar. La pandemia que vivimos nos está invitando a la unidad del planeta, a la benevolencia, a pensar en NOSOTROS y dejar a un lado el individualismo, el YO.

El planeta requiere que lo amemos de otra manera para preservar lo que de repente perdimos. Y reconozcamos la gratuidad del amor. Que nos quede claro que la naturaleza se renueva al dejar de agredirla, lastimarla, contaminarla.

Yo creo el mundo en el que quiero vivir ahora. Yo soy el creador. Y he aprendido a amarme y aceptarme tal como soy.

La cuarentena vivida era la pausa necesitada para mirar a mi alrededor y estoy segura de que fue una pausa para la mayoría, todos vivíamos apurados, desenfrenados, estresados y cuando llegó la cuarentena y -si o si- aprendimos a calmarnos, a silenciarnos, a frenar los impulsos del “todo es urgente”

Lo que aprendí en mis vacaciones de verano en cuarentena

Como dice Efrat Shannen: “la pausa en una herramienta para crear claridad, tranquilidad, una mirada fresca y paz interior”.

¡¿Quién hubiera sabido que hacer esta pausa se convertiría en 4 meses tan transformadores?! A veces, la mejor forma de avanzar es dar un paso atrás.

En lugar de tratar de encontrarle sentido a la locura que sucedía en el mundo, me senté en silencio. Nunca había pasado tanto tiempo mirando por la ventana, escuchando el canto de los pájaros. Al aclarar mi mente, me permitió tener nuevas ideas y ver posibilidades.

Concentré mi energía en aprender, aprender cosas nuevas que me recordaron que el mundo está lleno de posibilidades y maravillas.

Dejé entrar la luz, tanto física como emocionalmente. Todas mis ventanas estaban abiertas. Mis redes sociales estaban llenas de optimismo constructivo y personas que se ayudaban entre sí. Me inspiraron aquellos que todavía están tratando de hacer del mundo un lugar mejor de una manera alegre. Los tiempos difíciles exigen lo mejor de nuestra humanidad, en España la gente salía a sus balcones y cantaba para levantar los ánimos, todos aprendimos a ser solidarios, a amar más a nuestra familia, a extrañar los abrazos con nuestros amigos, nos estábamos volviendo más humanos.

La pandemia me recordó, una vez más, que cada persona tiene su ritmo. No hay una manera correcta de hacer las cosas porque todos somos diferentes. Lo importante es que puedas avanzar a tu tiempo y acorde a tus convicciones. Es decir, teniendo en cuenta qué es lo más importante para ti y no pensando en lo que es importante para el resto del mundo.

La pandemia nos invitó a lanzarnos hacia nuevas oportunidades. El coronavirus nos demostró que no tenemos la certeza de nada y que la vida es demasiado corta como para no arriesgarnos a cumplir nuestros sueños.

En conclusión, podemos decir que la pandemia pasará a la historia como el año más disruptivo en la historia contemporánea.

Por lo tanto, me gustaría hoy compartir contigo cinco frutos que nos ha dejado.

  • Apreciar lo que tenemos: La pandemia nos ha enseñado a hacer más con menos. A capitalizar los recursos y reducir el derroche.
  • Usar la tecnología: Nos ha llevado a reinventar como trabajamos, no en meses o años, sino en semanas. Y en este invento aumentó, en muchos casos, la productividad y la rentabilidad de la empresa.
  • Fortalecer la solidaridad humana: Nos unimos para desarrollar una vacuna en tiempo récord. Nos coordinamos para que cada uno de nosotros, desde nuestro espacio, viéramos cómo contribuir. Muchos jóvenes con sus máquinas de coser se pusieron a fabricar cubrebocas. Otros con sus impresoras 3D a hacer caretas. Otros como yo, crearon cursos en línea para ayudar a la gente a crecer y a fortalecer su resiliencia emocional. Pero probablemente el acto de solidaridad más conmovedor que hemos visto es el heroísmo de los doctores y enfermeras.

Image result for valentia de los medicos en la pandemia

  • Impulsar nuestra creatividad: Otro regalo de la epidemia ha sido como nos ha impulsado a reinventamos, a crear y generar valor dentro del confinamiento de una nueva realidad. Al igual que algunas industrias han sufrido, otras han florecido. Y esta resiliencia humana para ver como sí, es una lección de vida que hay capitalizar.
  • Respetar la tierra: Finalmente está la conciencia que ha despertado de lo vulnerables que somos ante la naturaleza y que no somos todopoderosos. Y que si queremos asegurar un futuro viable dependerá de que entendamos mejor y respetemos más el delicado equilibrio que existe sobre la tierra.

Muchas veces, son las pruebas más duras las que nos hacen crecer y nos impulsan a nuevas alturas. Marc Kroupensy dijo “Para mí, este año del Covid-19 es un año positivo para la humanidad. Aquí, lo importante es que dure lo suficiente el dolor para realmente calar y generar los cambios requeridos para frenar el derroche, el abuso y la falta de humanidad que ha caracterizado el mundo pre-pandemia”

Eso es lo que ha pasado y seguirá pasando. No perdamos la paz interior y no dejemos de mirar con nuevos ojos, es tiempo de tener un descanso activo.

Reflexionemos sobre ese tiempo que nos tocó vivir y cerremos los ojos para poder ver.

Por tu éxito y el mío

Martha

Bibliografía

El blog de Eleonora

The social leadership coach.

Vitamina M

Mazui

María Alejandra López