El poder de un abrazo

Los abrazos, esas caricias para el alma que nos recomponen.

“Los abrazos son ese contacto físico que, además de una demostración de afecto, también nos hacen saber que estamos acompañados. Ya sea en una celebración o en un momento difícil, el sentir a la otra persona nos da una sensación de seguridad”, te sientes acompañado sin decir una palabra.

Por ello, el poder de los abrazos gira en torno al gesto capaz de aliviar el malestar físico y emocional. Lo más importante es que estos efectos los recibe tanto el que lo da como el que lo recibe, al abrazar se acaricia el alma de la otra persona y se le proporciona un refugio entre nuestros brazos. Un gesto pequeño pero repleto de sentimientos que cura y recompone a nivel emocional.

A todos, seas o no cariñoso, nos reconforta un abrazo en el momento oportuno, un gesto de cariño, un «yo estoy contigo». Y es precisamente de eso, de abrazos y de recomponer nuestra alma, y es que son mucho más que un simple gesto con los brazos: los abrazos nos vuelven a armar cuando lo necesitamos. 

¿Por qué tienen este poder los abrazos?

Da igual si son apretados o suaves, siempre son una demostración de amor y cariño. Aquellos que parecen que nos van a romper en realidad nos están rearmando por dentro, mientras que los suaves suelen tener una extraordinaria capacidad de reconfortarnos, una muestra sincera de cariño capaz de devolvernos la paz que probablemente tanto necesitamos. ¿Te sientes solo? Un abrazo ahuyentará la soledad y los miedos, conectando cuerpo – mente – emociones y devolviéndonos la alegría a nuestra vida… aunque sea durante los segundos en los que nuestro cuerpo se encuentra envuelto por los brazos de un ser querido, ya sea nuestra pareja, un familiar.

Existen múltiples beneficios de los abrazos, no se pueden mencionar todos porque se tendría que analizar cada situación específica, la historia de ambas personas, el contexto, el motivo, entre otros factores, pero de lo que si estoy segura son los efectos más comunes de esta acción que son: la disminución del estrés, la sensación de seguridad y protección, es una ayuda a nuestra autoestima, nos transmite energía y fortaleza, mejora las relaciones interpersonales y da la sensación de tranquilidad.

Si vas a tus recuerdos, es casi seguro que encontrarás una -o más- ocasiones en las que un abrazo fue suficiente consuelo, acto de cariño, respuesta a algo que necesitabas o como un regalo valioso de un ser querido. Seguramente ahora lo recuerdas con una sonrisa en su rostro.

“Los abrazos son momentos de tranquilidad, capaces de emocionar hasta al corazón más duro porque tienen el poder de traspasar corazas… dice Gustavo Morales, psicólogo.

Cada abrazo alberga diferentes intenciones, pero lleva con él un lenguaje simbólico entre la persona que lo da y el que la recibe. Es, quizá, un mensaje de afecto que todos perciben pero que solo estas dos personas entienden. Los abrazos, según los profesionales, se deben dar, recibir y si es necesario, pedirlos.

Recomponen heridas

Cuando un amigo pierde a un ser querido, entre los primeros pensamientos que tenemos es acompañarlo en su dolor y abrazarlo, hacerle saber que estamos ahí para él. Según González, una de las mejores acciones para demostrarlo es por medio de un abrazo. “No tenemos una solución para el problema, incluso, ni podemos desaparecer el dolor que siente la persona, pero con un abrazo, por muy simple que parezca, se alivia el sufrimiento y nos transmite que más allá de lo ocurrido, hay alguien que nos quiere y está al pendiente de nosotros”, agrega.

Promueve la aceptación

Al sentir el cariño o comprensión de la otra persona por medio de un abrazo se promueve el vínculo que contribuye al bienestar y aceptación. Cuando alguien está preocupado o triste un abrazo puede ser la solución para tranquilizarlo y hacerle saber que las cosas estarán bien.

El poder de los abrazos va más allá del momento en el que se siente la calidez del otro, sino que estimulan los sentidos, brinda cariño, acompañan, protegen, alivian, inspiran y suman esperanza a la vida de quien lo recibe. Muchas veces, esa acción invita a la persona a seguir adelante y vencer sus miedos, por muy oscuros que sean.

6 tipos de abrazos

El abrazo de A consiste en apoyar la barbilla en el hombro de la otra persona. Puede ser visto como un abrazo formal, pero nunca frío. Los abrazos nunca lo son.

Los 8 tipos de abrazo de un hombre y su verdadero significado - Métodos ...

El abrazo de oso:

Probablemente el más amoroso, se suele emplear para mostrar cariño y apoyo. Con el abrazo de oso tomamos a la otra persona y la apretamos de forma suave y amorosa.

A person and person hugging

Description automatically generated with low confidence

El abrazo sandwich:

¿Quién dijo que los abrazos solo pueden ser entre dos? Cuando el cariño habla, las terceras personas siempre son bien recibidas. Los abrazos sandwich se suelen dar entre amigos o familiares.

El abrazo de corazón:

En los abrazos de corazón, apretamos el cuerpo y tomamos por detrás los hombros de la otra persona, de tal modo que la unión es plena y la energía fluye incondicionalmente.

Image result for tipos de abrazos

El abrazo de lado:

Los abrazos de lado, como su propio nombre indica, se dan cuando ambas personas están una al lado de la otra. Suele verse en parejas o amigo muy unidos.

Image result for abrazo de lado

Los abrazos por la espalda:

Los abrazos por la espalda están más relacionados con el amor y la pasión. Consiste en abrazar a la otra persona llegando por detrás y rodeándole por la cintura.

Image result for abrazo por la espalda

Sus beneficios

Un abrazo, no solo es un gesto puntual de cariño que nos reconforta el alma y la recompone. Nos ayudan a sentirnos protegidos y queridos, esa seguridad, ese síntoma de protección es algo que todos necesitamos, no solo es una cuestión de géneros; por otro lado, mejoran las relaciones interpersonales, tanto en una pareja como entre amigos o familiares. Además, los abrazos nos transmiten energía, mejoran nuestra autoestima. nos hacen sentir más tranquilos e incluso disminuyen el estrés.

“Estamos acostumbrados a no ver los pequeños detalles de la vida, hasta que algo fuerte pasa. Por ello, la invitación es a dar un abrazo a los seres queridos solo porque sí, ¿recuerdas la pandemia por el COVID a fines del 2019 donde el distanciamiento era obligatorio? me hizo tener algunos momentos de angustia porque me faltaba esa pequeña muestra de afecto que te hace sentir querido, y, estoy segura de que, como yo, muchas personas sintieron lo mismo.

Dan sensación de calma

Los abrazos generan bienestar emocional. Incluso, estudios científicos argumentan que también contribuyen al sistema cardiovascular, ya que al momento de recibirlo el cerebro segrega varias hormonas que dan bienestar al organismo.

Entre las hormonas se encuentra la serotonina y dopamina, que promueven un efecto sedante. Por ello, se produce la sensación de tranquilidad, bienestar y calma. Estos, no solo se sienten en el momento, sino que se prolonga mucho tiempo después, y los efectos son perceptibles tanto en quien da el abrazo, como en quien lo recibe. Además, disminuye el ritmo cardiaco, la presión sanguínea y baja el nivel de cortisol

El libro de Kathleen Keating La terapia del abrazo afirma que los abrazos no solo nos ayudan a sentirse bien, sino que favorecen el buen desarrollo de la inteligencia en los niños, ayudan a superar los miedos y a retrasar el envejecimiento.

Una investigación del Carnegie Mellon University in Pennsylvania, realizada en 2015, demostró que los participantes que habían recibido abrazos no solo sufrían de menos estrés, sino que eran menos susceptibles a sufrir resfriados u otros virus. Estos resultados, los científicos los atribuyeron a que, al momento de sentir el abrazo se aumenta la oxitocina, una hormona del bienestar que se eleva al tener contacto físico, así como la serotonina.

Uno puede encontrar abrazos en los lugares más inesperados. El “toque de midas”, como se titula un estudio, revela que los meseros que rozan el antebrazo o el hombro con amabilidad de sus clientes recibían más propinas que los que no lo hacen. Detallan que el efecto sorpresa podría ser igual al de un abrazo.

A person hugging a dog

Description automatically generated with medium confidence

“Quienes tienen mascotas pueden recibir y dar abrazos a cualquier hora del día. El acurruco de nuestro perro o del gato sobre nosotros nos llega de calor el alma. El efecto es el mismo: sentirse acompañado, querido y aceptado por alguien más”, opina González.

Si el abrazo de alguien más o el de su mascota considera que no es suficiente, puede optar por el autoabrazo. La psicóloga Ciara Molina, autora del libro Emociones expresadas, emociones superadas, recomienda tomar 15 minutos al día y darse un abrazo. Acariciarse uno mismo y tratar de despejar la mente de cualquier pensamiento que distraiga su concentración de lo que está sintiendo, ese contacto propio.

“Cualquier abrazo siempre es un momento mágico y gratificante. Esta acción puede ser la puerta para abrir y conocer nuestros sentimientos y emociones, puede ser la llave para fortalecer los lazos afectivos con alguien más. La invitación es para que abracemos y nos dejemos abrazar más”, razona Morales.

Estoy plenamente convencida que un abrazo tiene la capacidad de unir esos pedazos rotos que alguna vez sientes dentro tuyo, por lo que es necesario ¡abrazar más!

Por tu éxito y el mío

Martha

Bibliografía

Actitud saludable

Andrea Jurnique

Martha Zubieta Ishiuchi-Mazui