Es fundamental que cuidemos nuestra energía, ya que todo lo estamos atrayendo a nuestra vida con nuestra vibración energética
Nikola Tesla dijo: “si quieres comprender el Universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración”. El plano físico es energía, las emociones, los pensamientos, todo ello son vibración. Los químicos en el organismo producen frecuencias y es a través de ello que se generan ciertos estados en el ser (tal como lo generan las sustancias químicas externas).
El cuerpo energético impacta al cuerpo mental-emocional y finalmente al físico. Todo lo que ingresa a nosotros o lo que se produce en nosotros, impacta a estos cuerpos, por ello es necesario saber la naturaleza de lo que estamos ingresando o generando para poder vislumbrar los efectos
Cuando el cuerpo energético vibra bajo, evidentemente se producen bajas frecuencias. Estas nos conectan con el bajo astral y permiten que se filtre cualquier movimiento de este plano. En esta dimensión les llamamos: enfermedades, negatividad, accidentes, tragedias, sombras, etc.
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Hablando del alcohol, lo que hace es afectar a los neurotransmisores, afecta el centro de las emociones y la capacidad del juicio. Al verse impactada nuestra red electromagnética se ven afectados nuestros centros energéticos, nuestra frecuencia se altera y nos volvemos no sólo un emisor sino un receptor de la misma densidad vibracional. Además, al momento de estar en contacto con la bebida, estamos conectando con las memorias colectivas relacionadas a este acto. El alcohol ha plasmado en los campos morfogenéticos memorias de accidentes, enfermedades, violencia, muertes y demás eventos. Los campos morfogenéticos forman parte de la investigación del científico Rupert Sheldrake.
El cigarro es el mismo caso que el alcohol. Pareciera que con esto segundo no hay alteración de la consciencia, pero sí, además existe un desequilibrio en el organismo (respiración, presión arterial y frecuencia cardiaca). El simple hecho de que el cigarro haga que el torrente sanguíneo transporte menos oxígeno, bloquea la capacidad de reconexión que tenemos con “La Fuente”. La energía “madre” es la que restituye y regenera las células, si existen bloqueos energéticos fuertes, entonces vienen “enfermedades” como el cáncer (es por ello que bloqueos fuertes emocionales también están asociados a esta “enfermedad”). No olvidemos que algo que parece tan “simple como la respiración en el Yoga u otras disciplinas, ayudan al reciclaje de nuestros centros energéticos, así como la facilidad de entrar en estados profundos de consciencia (meditación).
Pero, si ese proceso de “respiración-oxigenación” lo afectamos con el cigarro u otras drogas, será complicado que la restitución celular sea en los tiempos que el organismo necesita. De igual manera, la conexión con altas frecuencias a través de la meditación se irá poco a poco menguando, (aunque en ciertos casos parezca lo contrario). El cigarro también ha generado un patrón morfogenético, así que el consumidor, sin importar la medida, está abriendo en su campo de consciencia individual, las puertas al campo colectivo en donde están grabadas todas las memorias de enfermedad, adicción, sufrimiento, etc.
Las drogas sintéticas y naturales alteran la consciencia y producen un desfase energético entre el cuerpo mental y el cuerpo físico (además de la perturbación emocional evidente). No es lo mismo una meditación, en la que el cuerpo energético y el físico trabajan de manera conjunta para que finalmente el cerebro entre en frecuencias superiores, que el catapultar al individuo a otras frecuencias sin que este ejercite su voluntad. Cuando no se ejercita la voluntad, el efecto es el contrario. Si hay algo que se necesita para entrar en el plano astral y que las bajas frecuencias no se adhieran, es todo lo que tiene que ver con la voluntad: coraje, valor, fuerza y determinación. La visualización es sustancial para que el individuo se proteja, sin embargo, no olvidemos que la fuerza de la visualización y la intención van en medida de la voluntad.
Sobre el ingerir carne, hay que tener claro que el fruto o el vegetal, al momento de cortarlos siguen vivos. Es como una flor que se corta y sigue viva en el agua. No es lo mismo cuando un animal muere, ya que, en este justo momento, se liberan sustancias químicas tóxicas. El francés Daniel Briez en su libro “La Ciencia de los Chakras”, señala que el individuo que come carne consume las memorias del animal (generalmente son estados de profundo estrés y sufrimiento), así como las sustancias bioquímicas. Esto genera un déficit en el plano vibratorio de la persona y por ende la obliga a usar sus reservas vitales, provocando fugas y por ende genera vulnerabilidad en sus centros energéticos. Por eso, no es coincidencia que cuando un “paciente” necesita una pronta recuperación, se suspenda el consumo de la carne.
En el plano emocional, está comprobado que la carne aumenta los niveles de agresividad. En el plano neuronal, la sinapsis es más lenta. Tampoco es coincidencia que “las grandes mentes” se hayan abstenido del consumo de la carne (entre otras cosas).
Los pensamientos negativos son impulsos eléctricos con una carga vibratoria específica, esto termina generando una estructura de creencias sobre uno mismo y el entorno; finalmente llega el momento en el que la creencia termina impactando a la creación de la realidad. No olvidemos que todo comienza en la vibración sutil hasta que ésta se densifica y se expresa en lo que llamamos materia. Cuando movemos una mano, primero pensamos en hacerlo, lo que origina todo es un impulso eléctrico en el cerebro, que, al ser procesado, envía la señal para que finalmente se dé el movimiento. Cabe señalar aquí los experimentos del Dr Masaru Emoto en donde la estructura molecular del agua es impactada a través de los pensamientos.
Las emociones negativas derivan del campo del pensamiento, sólo que aquí hay una frecuencia mayor y más densificada. Esto genera un centro de atracción energética mayor. El claro ejemplo lo vemos cuando alguien sale “de mal humor” y todo le sale literalmente mal y genera una racha de eventos desafortunados. Las emociones al generar fugas en el cuerpo energético también contribuyen a la aparición de “enfermedades” así como a la conexión con eventos de la misma densidad vibracional. (La más fuerte de todas: el miedo).
El campo energético de tu cuerpo físico interactúa todo el tiempo con el de las personas que frecuentas y los espacios a los que asistes. Si afinas tu percepción y abres tu escucha, lograrás darte cuenta de si te sientes cómodo en ese ambiente o con esa compañía, o si sientes una energía densa o negativa.
Por lo general, esto no se debe a ningún tipo de mala intención, simplemente a una diferencia en las frecuencias vibratorias de cada ser humano y cada lugar. Todos, a lo largo de la vida, fluctuamos entre energías más altas y luminosas y energías más bajas y oscuras. Lo importante es reconocer cada tipo de energía para poder limpiar, purificar y elevar tu campo energético cuando te sientas drenado, cansado o negativo.
La protección energética consiste en cuidar de tu energía para mantenerla en un estado vibratorio alto. Para ello, debes ser consciente de limpiar y descargar tu energía a diario: pasar tiempo en la naturaleza, darte un baño con sal gruesa o sahumar con hierbas.
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Siendo consciente de tu campo energético, conociéndote a ti mismo y registrando tus sensaciones, emociones y pensamientos, podrás reconocer con facilidad cuando estás absorbiendo una energía externa de baja vibración.
Tu cuerpo físico es el mayor indicador de cómo está la energía a tu alrededor. Cuando una persona o lugar vibra alto, sueles sentirte en paz y feliz, pero cuando vibra bajo, puedes sentirte drenado o confundido.
Técnicas para proteger tu energía
Estas técnicas te ayudarán a purificar tu campo energético y a protegerlo de las personas, situaciones o lugares que lo drenan. Frente a una situación en la que sientas que una energía externa está impactando tu campo energético, o bien, si sabes que vas a exponerte a espacios donde habrá muchísimas personas, estas son las técnicas que puedes utilizar para protegerte:
Afirmaciones positivas
Las afirmaciones funcionan como decretos poderosos: puedes repetirte internamente “estoy protegido”, “mi campo está rodeado de amor”, “todo está bien en mi mundo” para sellar tu campo energético y mantenerte vibrando alto.
Meditación
Aun cuando los especialistas recomiendan dedicar a la meditación, períodos de 20 a 40 minutos, puedes comenzar con lapsos de 5 minutos diarios, preferiblemente al despertar o antes de dormir. Esta práctica impulsará tu proceso de auto- conocimiento, mejorará tu equilibrio emocional y elevará tu frecuencia vibratoria.
Cristales protectores
Los cristales son grandes aliados para protegerte de la energía de tu entorno, ya que se encargan de absorber la energía negativa y transformarla en positiva. Puedes llevarlos en colgantes, pulseras, anillos, o bien en tus bolsillos. La obsidiana y el ónix negro son cristales muy protectores.
Visualizaciones
Puedes imaginar que envuelves todo tu cuerpo en una luz protectora de color azul o violeta. Esto marcará los límites entre tu campo energético y el de los demás. También, puedes visualizar que te pones una chaqueta que limita y protege tu campo.
Guía de protección energética para mantenerte vibrando alto
Empezar el día con una actitud positiva de agradecimiento por la vida, una bebida de cereales o una infusión saludable y salir al mundo conscientes de que aquello que hay energéticamente en nosotros es justo lo único que vamos a ver reflejado a nuestro alrededor.
Caminar con flexibilidad en el cuerpo, en los huesos, en el alma, y en la mente, sonriendo y tratando de apreciar lo bueno y ver el polo positivo en todo el mundo. Y reconociendo lo añejo, enquistado, no comprendido o integrado, para darle mayor lucidez lúdicamente como si de quitar maleza se tratara.
Actuar ante las situaciones aprendiendo de ellas y no reaccionando a patrones aprendidos. Dejarnos sorprender como niños.
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Alimentarnos de la forma más respetuosa, con la naturaleza y con nuestro cuerpo, es decir, consumiendo aquellos alimentos que aportan vida, sin químicos ni procesos complejos, y que contribuyen a una buena gestión de los recursos naturales.
Mirar y pensar en cómo puedo servir y ayudar al otro, sabiendo que todos somos parte de un organismo maravilloso y único llamado Tierra, y que todo está unido a todo, en lugar de defendernos y ver que puedo obtener del otro o como protegerme. …………………
Pero todo pasa por informarnos y aprender a distinguir el ruido del «miedo ambiente» de la verdadera sabiduría interior.
Puede parecer complejo; no es más que desconectar por unos minutos de ese ruido mental del hemisferio izquierdo, y sentir. ¡Oh! ¡Cuán difícil es en nuestros días en los que parece que el que manda es el cerebro y que lo que sentimos es de débiles, de mujeres o de niños.
Tuve la oportunidad de asistir a varios eventos y cursos y me puse a observar a mis compañeros en diversas ocasiones… y ahora, con este conocimiento adquirido de mis estudios de meditación, yoga y ayurveda, he constatado, que no puedo evitar «Ver» cosas que antes eran invisibles, pero también puedo ahora sentir cosas que antes eran tan leves e imperceptibles que no eran a tener en cuenta.
Veo rigideces mentales, autoexigencia y falta de amor, que se reflejan en la vida, en el cuerpo, con dolores de espaldas, quistes, tumores, posturas, hundidas de pecho, rostros fijos que tienen solo una expresión congelada, la ira, o la tristeza o la incredulidad… da igual. No veo gente viva si no petrificada en una actitud.
A la gente en general le cuesta sentir, le cuesta bailar, le cuesta expresar, le cuesta… conectar con el corazón y ver que queremos en realidad.
Debemos aprender a equilibrar los dos hemisferios cerebrales, el izquierdo que es de lógica y también se lo denomina “masculino” y el hemisferio derecho de la creatividad, imaginación llamado también lado “femenino”
Lo masculino sin lo femenino es débil, se rompe el equilibrio. Si lo masculino es dirección, pero se vuelve rígido, se parte; si lo femenino es fluidez, pero sin fuerza, desaparece… Hemos de equilibrar estas dos energías y estos dos hemisferios cerebrales en nosotros para que ocurra que, como decían los taoístas, el macrocosmos refleje los cambios del microcosmos. Cuando cada uno equilibre su lado femenino y masculino, es decir pensar y hacer, con sentir y vivir, la naturaleza y la sociedad volverán a reflejar este equilibrio. Sólo así caminaremos hacia la vida y no hacia ningún lugar.
Pero podemos parar, podemos sentir una buena comida, un buen plato de arroz, y respirar. Podemos comenzar a sentir el cuerpo cada día. Podemos comprender que hay alimentos que, al cambiar la química de la sangre nos ayudan a hacer cambios en la vida, o que el exceso de proteína y de sal nos vuelve rígidos, mientras que los cereales y las verduras nos hacen más flexibles. Podemos sentir simplemente cómo el mirar un bosque nos relaja el hígado. Percibir, si callamos la mente, cómo entra por el chakra raíz la energía de la madre y nos sentimos inmediatamente bien, felices, hasta nos podemos reír, y nos tiemblan las rodillas, si vamos por ejemplo a lugares donde la energía de tierra es especialmente fuerte.
Propongo cambiar el pensar tanto, por sentir un rato… Propongo dejar de comer con el cerebro y sentir un plato rico hecho con amor y con ingredientes que proceden del amor y del respeto a la vida.
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Para mantener tu energía evita el consumo de bebidas estimulantes
Su uso constante te hará entrar en un círculo vicioso en donde en un principio sientes que recuperas la energía, pero luego tu batería interna queda completamente descargada.
El consumo de café, bebidas energizantes y refrescos entre otros, funcionarán como la descarga de energía que necesitas en un momento determinado, pero luego que la descarga pasa, quedarás incluso más agotado y deshidratado.
Si deseas consumir una bebida que aporte realmente energía de la buena, opta por una taza de té verde, un jugo verde energizante y agua durante el día. Tu cerebro y tu cuerpo necesitan agua para funcionar.
Equilibra la glucosa en sangre
Nuestro cuerpo transforma los alimentos que consumimos en glucosa para poder funcionar correctamente durante el día. Si nos alimentamos con productos verdaderamente nutritivos, los niveles de glucosa en sangre deberían aportar la energía suficiente para sobrellevar tus actividades diarias.
Dale prioridad al consumo de verduras de hoja verde, frutas, frutos secos, proteínas magras como pescados azules y para el caso de los carbohidratos, asegúrate de que sean aquellos de liberación o digestión lenta como la avena, papas y granos entre otros. Ellos harán que tus niveles de glucosa en sangre sean estables durante el día y no presenten picos altos o bajos, ya que estos son los responsables de que puedas sentirte cansado en ciertos momentos. Si controlamos la glucosa de la sangre mediante la alimentación, podremos recuperar nuestra energía y evitar estar tan cansados.
Evita el consumo de azúcares refinados, harinas refinadas, refrescos o jugos envasados
Consumirlos es lo peor que le puedes hacer a tu cuerpo. Su consumo constante inflamará todos tus sistemas además de dejar un residuo ácido tras haberse procesado. Este tipo de productos son los principales causantes de resistencia a la insulina, diabetes y muchas otras enfermedades.
No te miento, justo luego de comerlos, puedes experimentar un empujón de energía, sin embargo, luego de que el efecto pasa, adivina ¿cuál es el principal síntoma luego de que el cuerpo los metaboliza? Pues sí, es el cansancio.
Soy fiel creyente que, para recuperar tu energía, sentirte más activo y evitar el cansancio debes enfocarte en tu alimentación.
Haz una actividad física
Lo más importante es que te muevas, el sedentarismo es uno de nuestros males modernos. Así que ponte en acción, determina cuáles son tus actividades físicas favoritas y ¡hazlas! Dedícate, aunque sea 30 minutos al día para ti y cuidar de tu cuerpo.
Es impresionante toda la energía que puedes ganar con tan solo estar en movimiento. Una actividad física mejorará tu circulación, reducirá tu estrés, mejorará tu estado de ánimo y la tonicidad de tus músculos. Desde mi punto de vista son más los beneficios de mantenerte activo que quedarte sentado. Atrévete a moverte para recuperar toda tu energía perdida. ¡Vamos inténtalo!
Escucha música que eleve tu frecuencia vibracional, en el próximo articulo ampliaré este tema, no es posible quedarse solo con el concepto sino conocer más sobre ella y también aprender a elevarla, ya que es mejor tener esa frecuencia alta que baja, un tema importante y profundo que merece la pena de una información más en detalle, puedo adelantar que cuando tu frecuencia vibracional es alta, todo tu cuerpo trabaja en armonía y las enfermedades van desapareciendo.
Descansa
Mientras dormimos nuestro cuerpo se regenera y recupera energías, procura dormir de 7 a 8 horas durante la noche y si durante el día puedes hacer una siesta de 20 minutos, pues mucho mejor. Tu cuerpo te recompensará sintiéndose con más vitalidad.
Descansar es clave para tener energía durante el día, cuando descansas le das la oportunidad a tu cuerpo de reponerse y estar activo para el siguiente día.
Toma una ducha fría
El agua fría te despertará y hará que todos tus sistemas se activen y estén alertas. El agua fría es excelente para la circulación sanguínea y para hacerte recuperar energías.
Si tienes poco tiempo para tomar un descanso y te sientes muy agotado, mi recomendación es que disfrutes de una ducha fría y recuperes tu energía.
Haz ayuno intermitente
Se puede pensar que en los períodos de ayuno el cuerpo se pueda sentir débil, sin embargo y por experiencia propia, el ayuno intermitente hará que tu cuerpo entre en un período de regeneración del sistema inmune, lo que hará que puedas sentir algo de energía extra.
Esta energía te funcionará siempre que hagas una actividad sencilla como trabajar en tu pc, buscar a los niños al cole y así, nada de correr maratones o subir una montaña. Este método es excelente para recuperar tu energía perdida.
Al estar cansados todo nos cuesta más, incluso ese cansancio puede hacer que nos sintamos mal emocionalmente, por eso es importante recuperar el ánimo, la fuerza y las energías para disfrutar de un cuerpo sano y poder llevar a cabo todas nuestras labores con vitalidad.
Los hábitos alimenticios, el descanso y la actividad física serán claves para lograr ese equilibrio que tanto bienestar trae a nuestra vida. Y tú, ¿te sientes cansado? ¿Te atreves a recuperar tu energía?
Por tu éxito y el mío
Martha
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