Continuando con el tema de la gratitud, te voy a contar una historia, esta historia me conmovió viendo la película El Secreto, que al principio creó en mí cierto escepticismo, luego leí el libro y por último practiqué algunos ejercicios y todo aquello que me propuse atraer lo atraje a mi vida, a partir de ahí recomiendo a todas las personas que lean el libro o vean la película y experimenten en sus propias vidas el poder de la ley de la atracción y el agradecimiento.
Historia de la piedra de agradecimiento
En la película El Secreto, Lee Brower cuenta una anécdota sobre la piedra de la gratitud. Dice que él siempre lleva consigo una piedra en el bolsillo y cada vez que toca la piedra, ésta le sirve de recordatorio sobre la importancia de la gratitud y comienza a agradecer cada vez que saca la piedra por la noche o en la mañana.
Todas las personas atravesamos momentos difíciles. Hace tiempo recogí una pequeña piedrecita en forma de corazón en la playa y cada vez que toque esta piedra voy a pensar en algo por lo que dar gracias… Cuando me levanto la meto en mi bolsillo y cuando vuelvo a casa allí está la piedra en el bolsillo y paso revista a todas las cosas por las que estar agradecido. No hay nada mejor que estar agradecidos por lo afortunados que somos.
¿Dónde consigo mi piedra de la gratitud?
Puedes encontrar tu propia piedra de la gratitud en cualquier lugar, ya sea en un río o en una montaña, pero para que funcione debe ser una piedra especial para ti, una que al verla te recuerde todas las cosas bonitas por las cuales tienes que agradecer mucho, y cuando logras ver lo afortunado que eres, verás que cada día serás más y más afortunado.
¿Pero agradecer por qué si no tengo nada?
Muchas personas pasan su vida quejándose de su desgracia por no tener lo que otros tienen, y se sienten muy desafortunados, pero créeme, todos tenemos algo por lo cual agradecer. El solo hecho de estar vivos representa un tesoro enorme que tal vez nunca valoramos. ¿Por qué quejarse de no tener unos zapatos carísimos, cuando podrías agradecer por lo afortunado que eres por tener pies? o ¿Por qué quejarse de no tener unos lentes de contacto lujosos, cuando podrías agradecer por lo afortunado que eres por tener ojos?
La gratitud es un recurso muy importante, tanto para mejorar tu propia vida como para demostrar actos de buena voluntad hacia los demás. De hecho, se ha demostrado que sentirse agradecido no solo tiene efecto en nosotros, sino también en nuestras esferas de influencia. Esto significa que, si bien es cierto que la gratitud tiene un efecto positivo en nuestra propia vida, mejora también la vida de quienes nos rodean.
Además, estar agradecido no solo te hace sentir emociones positivas, sino que ayuda a reducir los efectos negativos del estrés y la ansiedad. De hecho, estar agradecido te ayuda a construir estrategias de afrontamiento, es decir, acciones que puedes emplear, tanto de tipo cognitivo como de tipo conductual para enfrentar diversas situaciones de la vida. Asimismo, refuerza tu bienestar ayudándote a evocar los buenos recuerdos y a mejorar tus relaciones sociales. Es increíble todo lo bueno que un simple GRACIAS puede suscitar y lo sencillo que es integrar la gratitud en nuestra vida. Siempre has influido en la vida de muchas personas sin darte cuenta. Todo lo que necesitas ahora es notarlo.
Cabe destacar también que, aunque la gratitud a veces surge de manera fácil, generalmente no es una respuesta automática. Incluso, es posible que no nos demos cuenta del valor de muchas cosas con verdadero significado en nuestra vida, aunque parezcan triviales. De hecho, las tomamos a la ligera como resultado de la evolución. Dado que por naturaleza los humanos actuamos buscamos nuestra supervivencia y esa necesidad de seguridad puede desencadenar emociones como la ansiedad y el miedo que nos impide ver lo que la vida tiene para ofrecernos. Por eso es más difícil estar agradecido y ser consciente del valor de las pequeñas cosas en momentos como este.
Es posible realizar prácticas de consciencia plena para experimentar la gratitud. De hecho, solo tomarse un tiempo para estar agradecido es suficiente para sentir el alivio y la felicidad que la gratitud puede brindar. Todo lo que necesitas hacer es darle más espacio en tu vida y ponerla en práctica, la gratitud no se genera automáticamente. Piensa en ella como un musculo que no has usado antes y que lo fortaleces a medida que lo ejercitas. La gratitud se desarrolla del mismo modo.
¿Te has puesto a pensar cuáles son las cosas que aumentan tus niveles de felicidad? A veces no nos ponemos a analizar estas cuestiones, por estar muy ocupados en cosas sin sentido. Lo que realmente nos hacen sentir felices y plenos no es trabajar todo el día (en un empleo que no nos gusta casi siempre), sino en la sonrisa de tus hijos cuando juegas con ellos, o en pasar una tarde con tus padres o abuelos. ¿Y qué hay de esa simple palabra que encierra a la vez tantos sentimientos? Hablo, sin dudas, del “gracias”
Si podríamos organizar a las palabras en grupos, sin dudas “gracias” estaría en el mismo nivel que el “perdón”, el “te amo” y el “por favor” (más allá de que estas dos últimas estén compuestas por dos palabras). Esto es así porque por un lado son muy difíciles de decir, pero por el otro, al salir de nuestra boca, todo el mundo cambia.
Ser agradecido aumenta tu felicidad. Esto puede parecer algo lógico y normal para una persona que está acostumbrada o que no tiene dificultad para decirlo. Sin embargo, parece que el “gracias” se ha vuelto un bien escaso en este tiempo. Nadie se detiene dos minutos al día para agradecer todo lo que tiene, en vez de pasarse dos horas quejándose de lo que no tiene. Y si realmente pones en la balanza los activos y los pasivos, te darás cuenta que hay más para agradecer de lo que pensabas.
Una bonita familia, unos hijos sanos, unos amigos con los que contar en las buenas y en las malas, una pareja que te escucha y te entiende, un trabajo que te permite comer y vivir, una nevera con comida, un techo donde guarecerte de la lluvia o una cama mullida donde descansar cada noche. ¿Te parece poco? ¿Sabes cuánta gente en el mundo no tiene ni la cuarta parte de todo esto? No es un reproche, sino de una reflexión. Es bueno que te des cuenta lo mucho que te pierdes al no agradecer lo que tienes.
Valorar lo que tenemos, algo que parece “pasado de moda”. Puedes hacer el simple ejercicio de anotar en un papel (o bien hacer una lista mental) con todo lo que tienes para agradecer. No hay dudas de que te traerá toda la felicidad que piensas perdida. Una linda sonrisa aparecerá en tu rostro al decir, luego de cada “ítem” un “gracias”. Y eso repercutirá en tu salud y en la manera en que ves las cosas.
Y lo mejor de todo es que estar agradecido por la vida no requiere de una cuenta abultada en el banco ni de una casa llena de cosas materiales. En un estudio realizado en la Universidad de Cambridge, los entrevistados dijeron que algo que querían agradecer, pero no se tomaban el tiempo para hacerlo era: una puesta del sol, estar vivo, ver a los hijos crecer, levantarse por las mañanas y tener salud, la generosidad de los amigos o cuidar de una mascota.
Entonces, ¿qué esperas para empezar a decir GRACIAS en más ocasiones? Aunque parezca que ya estás cansando al que tienes al lado ¿qué importa? Una actitud agradecida sin dudar se esparcirá como una semilla con el viento. Y, quizás, comiences a escuchar más esa palabra vedada para muchos en cada esquina, rincón y lugar por donde pasas. No cuesta nada comenzar, ¿verdad? Tendrás garantizada al menos una porción de la felicidad que tanto buscas y no siempre encuentras. Aprovecha para agradecer las cosas buenas de tu vida cuando te levantas o te acuestas y para decir gracias a alguien que te cede el paso, te presta un bolígrafo o te indica una calle.
El solo hecho de dedicar un momento para agradecerte a ti mismo, es dar un primer paso muy importante. Ahora hagamos un pequeño experimento. Tómate un segundo y date las gracias, en silencio o en voz alta, solo por ser tú mismo. Después de hacer esto, pon atención a tu cuerpo ¿Notaste algún cambio después de darte las gracias, en tus hombros, en tu cuello o en tu cara? ¿Disminuyó tu ritmo cardiaco? Trata de observar estos cambios y, por cierto, a mi también me gustaría agradecerte por leer este artículo. ¡¡¡Gracias!!!
Por tu éxito y el mío
Martha
Bibliografia
La mente es maravillosa
Meditopia
Red Micropymes
Mazui