La influencia de la luna

Hola, hoy me puse a pensar en la luna, ese nuestro único satélite natural que ha sido y continúa siendo hoy en día el protagonista de muchas leyendas y mitos populares. Si observas el cielo nocturno verás que no existe ningún astro que posea tal capacidad de fascinación como la Luna.

Cuando dirigimos la mirada hacia ella no deja de sorprendernos su naturaleza cambiante, aunque sepamos que sus transformaciones responden a un sencillo ciclo que se repite eternamente. Al observarla quizá queremos vislumbrar el secreto de nuestros propios cambios emotivos. Por eso nos produce tanta intriga la influencia de la luna sobre las personas o la sociedad.

Descubrir su cara oculta –la Luna jamás nos muestra la espalda– sería tanto como conocerse a la perfección, esa meta inalcanzable incluso en instantes de plenitud. Los seres humanos de todos los lugares y épocas han intuido que la Luna desempeña un papel esencial. Contemplándola podemos adentrarnos en los secretos de la vida y los de nuestra naturaleza como seres humanos.

La observación de sus fases y de los fenómenos naturales ha llevado a relacionarla con el agua y el mundo femenino. Como el pensamiento tiende a organizarse en torno a significados opuestos, a la Luna, húmeda, cambiante y femenina, se le contrapone el Sol, seco, invariable y masculino.

Cómo influye la Luna en las personas - ¿La Luna en la superficie de la Tierra?

Influencia de la luna en el comportamiento humano

A pesar de que la Luna influye de forma considerable en algunas especies biológicas y en las mareas, la realidad es que su influencia en el ser humano es menor de lo que se ha hecho creer a través de la tradición popular. Hay que tener en cuenta que existe mucha superstición en todo lo que gira en torno a la influencia lunar en la vida humana, desde tradiciones relacionadas con la adivinación como puede ser el horóscopo, a leyendas relacionadas con el folclore popular y la mitología. Sin embargo, actualmente no hay estudios científicos que corroboren estos hechos, por lo que aquellas personas que afirman estos efectos lunares, más cercanos a la mística que a la biología, lo hacen desde la fe o la experiencia personal. Lo cual, siendo respetable, no nos permite poder afirmar de forma genérica que la Luna tenga un efecto concreto en las personas, ya que no puede ser cuantificado o medido.

Sin embargo, sí que existen diversos estudios observacionales que nos pueden ayudar a comprender en mayor profundidad el efecto lunar en las personas de una forma cuantificable y tangible. De hecho, estos estudios afirman que la Luna podría estar relacionada con los siguientes episodios:

Mayor insomnio

Diferentes estudios realizados, entre ellos el llevado a cabo en más de 5.000 niños por el doctor Jean-Philippe Chaput del Instituto de Investigación del Este de Ontario, afirman que las noches de luna llena se corrobora una mayor incidencia de casos de insomnio. Esta tasa se elevaría entre el 1% y 5% más de insomnio que el resto de noches del ciclo lunar.

Este estudio que ha sido llevado a cabo también por la Universidad de Basilea en Suiza pudo confirmar que los ciclos lunares se encuentran directamente vinculados con el sueño de las personas. El profesor Christian Cajochen se puso al frente de un equipo de científicos que evaluaron el sueño de una treintena de voluntarios, que fueron divididos en dos grupos y cuyos sueños fueron completamente monitorizados. De esta manera se les midieron las ondas cerebrales, la secreción de hormonas y los movimientos oculares.

Fruto del estudio se pudo demostrar que el cuerpo de los seres humanos responde aún a los ritmos geofísicos de la luna, a pesar del paso del tiempo y la adopción de nuevos estilos de vida.

La calidad del sueño varía en función de los ciclos lunares

Los datos obtenidos por parte de la Universidad de Basilea permitieron confirmar que la calidad del sueño cambia en función de los ciclos lunares. De esta manera, cuando se acerca la luna llena, la actividad cerebral que se encarga de regular el sueño profundo cae en un 30%, además de que las personas tardan cinco minutos más en conciliar el sueño, y que dormían veinte minutos menos de lo habitual en otros días del mes.

Por otro lado, también se pudo apreciar cómo cambian los niveles de melatonina, la hormona que se encarga de regular el sueño. Estos, de hecho, durante la fase de luna llena son peores que en otros momentos del mes, una evidencia confiable de que los ritmos lunares influyen en el sueño de los seres humanos y se ha podido confirmar que la luna influye en la forma de dormir de las personas.

Cada fase lunar nos afecta de una manera diferente:

¿La Luna en la superficie de la Tierra?

Efectivamente, la Luna influye de muchas formas en la superficie de la Tierra. Esto se debe al efecto de la gravedad que ejerce desde su “cercana” posición a nuestro planeta. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, a día de hoy, solo se conocen dos elementos lunares que puedan influir en la actividad terrestre, que serían la propia gravedad y la luz lunar, surgida del reflejo de la luz solar que le llega al satélite natural.

De este modo, el efecto de la gravedad lunar es el responsable de que tengan lugar las mareas en los océanos de la Tierra, y la luz procedente de las fases de la luna llena está relacionada también con ciertos ciclos biológicos en algunos animales y plantas.

En armonía con las fases lunares

Neurocientífico explica cuánto influye la luna en las emociones

El sentido del cambio es la gran enseñanza de la Luna. Aparece, crece, mengua y desaparece. Nacer, vivir y morir. Es la ley que garantiza que todo vuelve a comenzar.

El mes lunar, que rige los calendarios incluido el islámico y chino, entre otros, tiene cuatro fases o cuartos, de los que derivan tanto la semana como el año lunar de doce meses. Asimismo, existen rituales ligados a esos momentos que aumentan el sentimiento de pertenencia a la comunidad y el de integración con la naturaleza.

Luna nueva

La luna nueva es la primera fase lunar, que se produce cuando la Tierra, la Luna y el Sol forman un ángulo de casi 180 grados. Es el comienzo de su ciclo evolutivo. Durante esta fase se favorece la sensación y ganas de iniciar cosas nuevas.

Otra de las conclusiones a las que se ha llegado mediante los estudios observacionales llevados a cabos en esta materia es que las noches correspondientes a la luna nueva se experimenta una mayor tasa de crecimiento tanto del pelo como de las uñas.

En esta fase comienza la renovación, se deja atrás lo viejo. En muchas culturas se celebra la Luna nueva posterior al equinoccio de otoño y se da gracias a la Luna y al Sol por la cosecha.

Esta fase de la luna también es un buen momento para desintoxicar el organismo, así como hacer un día de ayuno y comenzar una dieta. Es una fase de planificación y meditación.

Luna creciente

La luna creciente es la fase que transcurre entre la luna nueva y la luna llena, donde se diferencian. Además, tres fases internas, que son la luna creciente, entre los días 1 y 6; el cuarto creciente, el día 7; y gibosa creciente, entre los días 8 al 13.

Dura unos 13 días, siendo un momento en el que nos influye de manera que sentimos una claridad de ideas, favoreciendo el disfrutar de una mayor productividad y siendo un buen momento para terminar con malos hábitos.

En esta fase de la luna, se han aceptado las oscuridades (la tristeza, la decepción…) y retorna lentamente la luz, la vitalidad. Es una Luna óptima para potenciar la creatividad y los aspectos que impliquen crecimiento personal. Por otra parte, es un período relacionado con la pureza, la sensualidad y la belleza y es un buen momento para reorganizarse para un crecimiento personal.

Luna llena

La luna llena es una fase en la que su cara está totalmente iluminada por estar la Luna detrás de la Tierra respecto al Sol. Es un momento de transformación y en la que se culmina todo lo aprendido. Es un momento del mes en el que afloran sentimientos de vitalidad, alegría, exaltación y expansión social, además de elevar la libido en las relaciones íntimas y la pasión. Además, también fomenta el parto en aquellas mujeres que están en un estado avanzado de embarazo.

ecoosfera

Otra de las conclusiones que se han recogido después de la observación y comparación de datos es que las noches de luna llena hay más altercados que aquellas en las que la luna se encuentra en una fase diferente. Esto se ha comprobado mediante la comparación de los avisos a la policía en las noches de luna llena frente al resto de noches, lo que ha permitido corroborar que, efectivamente, las noches de luna llena los cuerpos de seguridad experimentan una mayor actividad en su trabajo debido a una mayor incidencia de episodios que requieren su intervención. Este efecto ha recibido el llamativo nombre de “efecto Transilvania”, en relación a la mitología popular que existe respecto a esta región europea y la leyenda del conde Drácula.

Este es un buen momento para visualizar lo que desees.

Luna menguante

La luna menguante es la última de las cuatro fases lunares. Al igual que en la creciente, se divide en tres fases y también dura 13 días, del 15 al 27, siendo el final de un ciclo evolutivo para comenzar otro ciclo lunar.

Ofrece la oportunidad de enfrentarse a los miedos para dejarlos partir sin temor, asumiendo las propias debilidades durante la próxima luna nueva. Es un buen periodo para trabajar el desapego y las dependencias, a fin de liberarse de lo que ya no se desea.

En este momento se alcanza una maduración personal, en la que ayuda a descartar lo negativo y centrarse en los aspectos positivos y los logros personales.

Según el calendario desarrollado por Mark Filippi, las fases lunares se sincronizan con la dominancia de una de cuatro sustancias: la acetilcolina, la serotonina, la dopamina y la norepinefrina. Cada una de las cuales favorece ciertos estados de ánimo o actitudes.

Cuarto creciente, acetilcolina

La luna no está visible y la acetilcolina toma el protagonismo en el cerebro. En esta fase nos sentimos más sensible y receptivos. Este neurotransmisor se asocia con el aprendizaje y la memoria por lo que es buen momento para comenzar nuevos proyectos.

Luna llena, serotonina

En esta fase la luna, en la que podemos ver la luna en su totalidad, es la serotonina la que mantiene su dominio. Por lo que sentimos más vitalidad y creatividad. También nos concentramos con más facilidad y nos sentimos más reflexivos, plenos y satisfechos.

Cuarto menguante, dopamina

En cuarto menguante, cuando comienza a disminuir la parte visible de la luna, es el turno de la dopamina, neurotransmisor asociado al entusiasmo y el placer. Lo que resulta propicio para actividades sociales. Pues durante esta fase somos más comprensivos y tolerantes.

Luna nueva, noradrenalina

Durante la luna nueva se incrementa la producción de noradrenalina. Por lo tanto adquirimos una actitud defensiva y nos volvemos más susceptibles, vulnerables o irritables. Esta fase es un buen momento para practicar la meditación y la relajación.

Te invito a investigar en ti mismo cómo actúa la luna en tu organismo, si consideras que el calendario desarrollado por Filippi se sincroniza en tu cerebro con la segregación de esos neurotransmisores.

Por tu éxito y el mío

Martha

Bibliografía

El español

Enrique Arriols – Ecología verde

Ecoo esfera