Lo paradójico de la conciencia es que es muy profunda y, sin embargo, muy simple. No se puede describir porque no tiene cualidades objetivas, tampoco tiene límites. A veces, cuando estamos totalmente en el momento presente, en lugar de estar perdidos en nuestros pensamientos o nuestras proyecciones mentales, sale a la superficie, de forma natural. La conciencia pura no es elevada ni baja, ni placentera ni desagradable, ni buena ni mala. Independientemente de donde estemos, cualquier cosa que hagamos, siempre tenemos acceso inmediato a esa paz interna.
Se puede experimentar instantáneamente en cualquier circunstancia, una vez sabemos cómo estar atentos a ella. Es totalmente pacífica y clara, viendo a través de todas las ilusiones. Cada vez que nos sintamos confundidos podemos usar ese momento para reposar en la mente de Buda, sin tratar de cambiar nada. Al residir en esa mente libre, encontramos de pronto lo que siempre hemos estado buscando.
Analizando el asunto de manera objetiva, la pregunta de qué está pasando adentro de tu cabeza cuando se relaciona con tu entorno ha desconcertado tanto a tantos eruditos que se le conoce simplemente como «el difícil problema», es por este motivo que los neurocientíficos no han encontrado aún nada en el cerebro que estén contentos de llamar «la conciencia» y los filósofos están lejos de un acuerdo sobre cómo definir el proceso que se inicia cuando despertamos. Lo que puede parecer extraño es que algo tan ubicuo sea considerado un problema.
Cosas del alma
Si bien no es probable que la teoría del profesor Humphrey apacigüe a todos los filósofos ni científicos expertos en la materia, su teoría tiene una intención más espiritual. Su análisis de la evolución y propósito de la conciencia se centra en el hecho de que les permite a los seres humanos tener experiencias «mágicas» con su propio ser. La conciencia, dice Humphrey, nos permite hablar del alma humana.
«La gente tiende a pensar que la religión inventó el alma. Creo que es absolutamente al revés. Éramos seres espirituales antes de ser religiosos», declara. La dificultad es que, una vez que esta «ilusión» es parte de la vida de las personas, plantea una inmensidad de preguntas profundas sobre la naturaleza de la vida y la muerte. «Una vez que creemos en la importancia de nuestro ser individual y nuestra alma individual no podemos soportar la idea de que vaya a extinguirse», comenta. «Pero somos seres materiales. Una vez que la materia muere, el alma se va a morir con ella».
La magia de tu propia conciencia.
Al interactuar con nuestra conciencia silenciosa, podemos controlar la energía del cuerpo y, por lo tanto, transformarlo. Si quieres cambiar tu cuerpo, primero debes tener un cambio de conciencia. La conciencia es donde tiene lugar el significado. Lo que tú no conoces no cambiará.
Si la energía distorsionada es la raíz de todos los problemas, puede restaurarse a su estado normal y saludable teniendo acceso a nuestra inteligencia interior — la conciencia pura. A medida que cambia tu conciencia, cambia tu energía y luego cambia tu cuerpo. La cadena de sucesos se mueve del área invisible a la visible en este camino: CONCIENCIA – ENERGÍA – CUERPO.
La conciencia que está limitada por el miedo, la duda, la ira, la deficiencia, la adicción, la inseguridad y la crítica está condicionada. La conciencia condicionada no cura el cuerpo, simplemente repite los patrones del pasado.
En cada individuo existe un nivel de conciencia que no está condicionado ni deficiente. Ese es su verdadero yo, la plena conciencia que automáticamente domina.
Cuando estás plenamente consciente:
- Puedes (con)centrarte cuando quiera.
- Conoces un lugar de paz y silencio en tu interior.
- Tus conflictos internos no se dividen contra tí mismo.
- Puedes trascender los ruidos a su alrededor y permanecer inafectado por ellos.
- Ves el mundo desde una perspectiva extensa.
- Tu mundo interior está organizado.
El condicionamiento viejo nos impide ser libres porque una y otra vez caemos en viejos patrones que están demasiado profundos, mientras que nuestro nuevo comportamiento –el que quisiéramos tener– no tiene por donde seguir. Este estado de quedar atrapados en un condicionamiento viejo crea su propio tipo de conciencia.
Cuando tu conciencia está condicionada:
- No puedes encontrar tu centro, por lo que los impulsos lo jalan en varias direcciones.
- No conoces el lugar de paz y silencio, por lo que tienes una inquietud constante.
- Tus impulsos conflictivos luchan entre sí.
- Los ruidos a tu alrededor te molestan y te distraen.
- Ves el mundo desde una perspectiva tensa.
- Tu mundo interior está totalmente desorganizado.
Hay tres maneras de romper el condicionamiento viejo: la reflexión, la contemplación y la meditación. El poder de las mismas aumenta en ese orden. Todos tendemos a usar estas palabras indistintamente, pero tienen implicaciones separadas.
- Reflexión –analizar de nuevo los viejos hábitos, creencias y suposiciones.
- Contemplación –concentrarse en un pensamiento hasta que se extienda tan lejos como sea posible.
- Meditación –hallar el nivel de la mente que no esté condicionado.
Considera cuál es el mejor uso de estos métodos para maximizar tu acceso a la conciencia plena e incondicionada.
La cadena de sucesos que termina en el cuerpo comienza en la conciencia. Al mover la energía atrapada, se restaura el flujo libre de la conciencia y esto es suficiente para restaurar el cuerpo a su estado saludable.
Cambiando de conciencia puedes mejorar tus genes
La percepción general es que el cuerpo que tenemos es un producto de nuestros genes a todos nos han enseñado que los genes no pueden cambiarse. Sin embargo, los genes sólo nos afectan si están ‘activados’. Si están ‘desactivados’ no surten efecto.
¿Que determina si un gen se enciende y cuándo?
Puede ser una respuesta biológica automática en un horario fijo o puede ser a través de nuestras experiencias en la vida, o una combinación de ambas. Esto quiere decir que nuestras decisiones desempeñan un papel relevante en el tipo de cuerpo que crean nuestros genes.
El ADN es un banco de memoria que almacena cada experiencia del pasado que nos hace humanos. En vez de dejar que esos recuerdos nos usen, podemos aprender a usarlos. Al igual que tu cuerpo físico, el ADN también está hecho de energía y uno puede cambiar sus patrones de energía mediante un cambio de conciencia. Tu naciste con algunas predisposiciones que determinarán cómo se desarrolla tu cuerpo, pero a medida que inyectas tus propios deseos, hábitos e intenciones, un rasgo fijo resultará ser muy maleable: un simple hilo de deseo es suficiente para cambiar al ADN.
El potencial oculto del cerebro se reduce al potencial oculto del gen. Una célula cerebral no puede ejecutar un movimiento nuevo a no ser que tu ADN envíe nuevas señales químicas. Para cada rasgo, como los ojos, el cabello y el color de la piel, un sinnúmero de genes teje un patrón complejo de respuestas a tus pensamientos, sentimientos y acciones. Esto significa que nuestros temores, expectativas, relaciones, estilos de vida y hábitos, desempeñan todo un papel importante en la composición de tu cuerpo.
Los epigenes, el complejo de proteínas que rodean tu ADN son el mecanismo que interviene en activar y desactivar nuestros genes. Cuando el epigen se ve afectado por el comportamiento, esto afecta la respuesta del ADN. Ese comportamiento, bueno o enfermizo, pasa entonces a las generaciones futuras.
La clave para activar y desactivar los genes es la conciencia, que es la base de nuestro comportamiento, emociones y pensamientos. Ésta es la conciencia de estar en sintonía con el cuerpo.
Sintonizarse es la habilidad de ser más consciente, sensible y receptivo a tu cuerpo. Una vez que entre en sintonía con tu cuerpo, éste posee la capacidad increíble de corregirse. Para comenzar este proceso, es necesario que te sientas cómodo en tu cuerpo. Tiene que haber una conexión básica que no esté bloqueada por la culpa, la vergüenza ni la incomodidad. La prueba siguiente le mostrará dónde comienza el trabajo de reconectarse en su caso.
¿Te sientes cómodo con tu cuerpo?
La lista siguiente cubre los aspectos más comunes con los que la gente se siente incómoda cuando se trata de su cuerpo. Marque su nivel de comodidad en cada aspecto, según se explica a continuación.
Lee la lista a continuación y determina como te sientes con tu cuerpo.
Marca al lado de cada frase si te sientes Cómodo (C), Incómodo (I), No importa (N) o Evasión (E)
_ Ponerte un traje de baño sugerente
_ Usar ropa ajustada
_ Mirarte en un espejo de cuerpo entero
_ Probarte ropa en una tienda
_ Bailar
_ Practicar un deporte en equipo
_ Dar un abrazo
_ Acurrucarte con alguien
_ Que te miren en público
_ Describir tu apariencia física
_ Desvestirte en el gimnasio
_ Flirtear físicamente
_ Pensar en tu peso
_ Que una amistad o un conocido ye toque o acaricie de forma casual
_ Oír a otros referirse a ti físicamente
_ Sentarse en silencio, sobre todo en público
_ Intentar desafíos físicos (como escalar, correr, subir escaleras saltar escalones, etc.)
_ Que te tomen una foto
_ Pensar en que te acaricien físicamente
_ Comprar una prenda íntima
Esta es una prueba donde no hay suma de puntuaciones, es solo para ti, simplemente te ayudará a entrar en contacto con tu cuerpo. Luego escoge un aspecto que hayas marcado con una «I» [incómodo] y escribe un plan para superarlo. Si ese aspecto es muy físico –como desvestirte en el gimnasio– o más pasivo –como llevar puesto un traje de baño provocativo y que te miren– tu plan comienza en la conciencia. Ponte tú mismo en una situación incómoda. Escoge una imagen específica que te lleve al punto de capturar de nuevo tu malestar para que lo sientas emocionalmente y quizás también físicamente.
Notarás la energía negativa asociada con tu imagen mental. Simplemente sintonízate con ella. Así estás dando los primeros pasos para entrar en sintonía con tu cuerpo de una manera más positiva. No te congeles ni te pongas tenso. Respira con facilidad y relaja tu cuerpo. Ahora ve si puedes cambiar la imagen en tu mente, recuerda que mientras más atrapada esté en tu mente alguna huella del pasado, más atrapada estará la energía.
A continuación, te propongo practiques algunos ejercicios que funcionan y te los recomiendo por experiencia propia.
Practica la siguiente «Meditación del corazón» durante 5 minutos como un ejercicio para ponerte en contacto con esa conciencia silenciosa en tu interior.
Meditación del corazón
Sentado en silencio con los ojos cerrados, descansa tu atención en tu corazón.
No tiene que ser anatómicamente exacto. Simplemente encuentra un lugar en el pecho donde puedas centrar fácilmente tu atención.
Mientras inspiras y exhalas naturalmente, mantén tu atención ahí.
Deja que surja y pase cualquier sentimiento y sensación. Si desvías tu atención, vuelve a concentrarte en tu respiración suavemente y descansa tu atención en el corazón.
Ahora te pregunto, qué dolencias físicas sufres actualmente que sean hereditarias o que las hayas causado tú mismo. Piensa cuando estas dolencias se manifestaron en tu cuerpo. ¿Qué le pasaba emocionalmente cuando esto sucedió?
Haz una lista de decisiones sobre el estilo de vida que adoptarás:
Físicas: Hacer una caminata de 15 minutos al día e ir incrementando el tiempo
Emocionales: Escuchar música que eleve tu frecuencia vibratoria
Espirituales: Conectarte con tu yo interior
(Estos son solo ejemplos, tú tomas la decisión de elegir los que consideres necesario en cada aspecto) y sobre todo que te comprometas a ejecutarlos por el bien de la salud de tus cuerpos físico, mental y espiritual.
Puedes tener un cuaderno de notas y ponerle el título “Decisiones sobre mi estilo de vida».
Si estás decidido a ver el milagro de la conciencia actuando en tu vida, solo está a un paso de ti conseguirlo.
Por tu éxito y el mío
Martha
Bibliografía
BBC News
Deepak Chopra
Mazui
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