Difunde la amabilidad en tu mundo

La amabilidad es a menudo una cosa bastante simple de difundir en el mundo. Pero a menudo nos olvidamos de ella. O no recordamos cómo nos puede ayudar.

Ser amable es tratar bien a los demás y, en la mayoría de las ocasiones, no supone mucho esfuerzo. Saludar, dar las gracias, devolver una sonrisa, ofrecer un abrazo, etc. Son pequeños detalles que a todos nos gustan y que iluminan nuestros días. La amabilidad es una cualidad muy propia del género humano, pues ser amable significa ser digno de ser amado, lo cual es un producto cultural del hombre exclusivamente. Ser amable es ser cariñoso, afectuoso, gentil, cortés, agradable, servicial, afable, incluso gracioso y risueño, cualidades todas que son imprescindibles formar en los niños desde la más temprana edad.

También es ser atento, brindar atención y respeto, sobre todo a los menos aptos o desvalidos.  La amabilidad no nace con el individuo, este es impulsivo por naturaleza, y a ser amable y cortés se aprende en las más diversas actividades de la vida cotidiana. La amabilidad es una virtud que facilita de tal modo las relaciones interpersonales, que cuando ella está presente todo se hace fácil, grato.

La amabilidad es fruto de una buena educación, que consigue con el tiempo moldear el carácter haciéndolo sin aristas, capaz de conciliar lo que se le presenta como hostil. Hay que apostar por este valor, que no es propio de los débiles.  La amabilidad se va extendiendo indistintamente entre los hombres y mujeres. Ser amable no siempre resulta fácil.

La amabilidad exige un autocontrol, de una decisión firme de no querer dejarse dominar por los  estados de ánimo. Se trata de una conducta que no se agota en sí misma, sino que tiene como finalidad mover a los demás a comportarse con nosotros proporcionalmente.

El gen de la amabilidad

La ciencia ha demostrado que todos venimos al mundo con un gen de la amabilidad incorporado. En otras palabras, somos una especie que necesita de los otros para sobrevivir y tenemos la marca biológica de ello. El altruismo y la cooperación han sido decisivos para que el ser humano haya evolucionado.

Algunos estudios demuestran que desde los 6 meses los niños ya expresan comportamientos afables hacia otros. Hacen elecciones entre cerrarse o abrirse a los demás. Con frecuencia eligen interactuar y ser generosos con los otros. También son muy receptivos a las expresiones de amabilidad.

Por lo tanto lo natural es que seamos agradables con los demás. La falta de amabilidad es el resultado de una civilización que promueve el individualismo al externo. Vamos en contra de nuestro fuero interno cuando vemos a los demás como unos perfectos extraños que no tienen nada que ver con nosotros, y no es así, porque todos nosotros estamos conectados, todos somos uno y cuando te das cuenta de ello es que tu amabilidad se incrementa, es una fortaleza.

Amigos abrazados

Una persona amable es alguien con la inteligencia emocional bien desarrollada. Es una de esas actitudes que se contagian. Lo usual es que alguien amable genere amabilidad y buena voluntad a su alrededor. Si ves una persona amable seguro que tiene buen carácter. Expresa cariño y consideración por los demás sin descuidarse de ellos mismos. Es una actitud capaz de calmar a alguien furioso y consolar a quien está triste. Por algo la amabilidad viene del latín amabilis que significa: digno de ser amado

Tres cosas que me gustan tener en cuenta y que me ayudan a tratar de ser una persona más amable son estas:

Consigo lo que doy. Sí, algunas personas serán ingratas, miserables y no reciprocas… no importa lo que puedan hacer: la mayoría de la gente con el tiempo te tratan como tú las tratas.

Al ser más amable con los demás hay más probabilidades de ser más amable conmigo mismo. Puede sonar un poco extraño, pero mi experiencia es que cuando demuestro amabilidad con los demás mi autoestima sube y consigo tener más alto el concepto de mí mismo. Ser amable con otro estabiliza el estado de ánimo y previene los estados de estrés y ansiedad. Los actos de bondad nos hacen sentir mejor con nosotros mismos. Nos hacen sentir más seguros y confiados y simplemente hace que mi pequeño mundo sea un lugar mejor y más feliz.

La amabilidad también te da una buena salud física, ya que al tener menos conflictos con los demás y con el mundo, implica menos producción de cortisol y más oxitocina (la hormona de la felicidad) siempre a su disposición.

Asimismo nutre el entorno para que todos sean más colaborativos y acogedores. Ayuda a que todo fluya adecuadamente, además tiene el poder de desactivar actitudes negativas.

Entonces, ¿cómo puedes empezar a difundir la amabilidad en tu vida diaria? Te propongo 15 maneras de hacerlo.

Escoge una de los ellas que resuene contigo y empieza a difundir la amabilidad hoy

1. Expresa tu gratitud.

Piensa que puedes agradecer de alguien en tu vida. Tal vez que sea un buen oyente, o que a menudo se apresura a ayudar o que siempre añade grandes canciones a Spotify

O, simplemente, te sujetó la puerta para que pasaras. Después expresa esa gratitud en un simple «¡gracias!»  o en una o dos frases sinceras.

En este 2022 practica la gratitud - Revista Vive

2. Sustituye los juicios.

A nadie le gusta ser juzgado. Y cuanto más se juzgan a otras personas más se tiende a juzgarse a uno mismo. Así que a pesar de la ventaja temporal de obtener placer al juzgar a las personas no es un buen o inteligente hábito a largo plazo.

3. Sustituye la crítica no constructiva.

Trata de animar en lugar de criticar. Ayuda a ambos a elevar la autoestima, haciendo un mejor trabajo. Y va a hacer las cosas más divertidas y más alegres a largo plazo.

4. Ponte en los zapatos de la otra persona.

Es muy fácil recurrir a la crueldad cuando ves las cosas únicamente desde tu perspectiva. Dos preguntas que me ayudan a ver y entender mejor otros puntos de vista son:

¿Cómo pensaría y me sentiría si yo estuviera en “sus zapatos”?

¿Qué partes de esta persona puedo ver en mí mismo?

5. Recuerda cómo te hace sentir la amabilidad de la gente.

Siéntate durante unos minutos y trata de recordar las veces en las que la amabilidad de otras personas realmente te “tocó” y te ayudó a salir de donde estabas. Después, piensa en cómo puedes hacer esas mismas cosas en otra persona en su vida.

6. Expresa amabilidad por algo que a menudo puede darse por sentado.

Es fácil de expresar amabilidad y bondad cuando alguien está teniendo un mal momento o simplemente ha terminado un proyecto importante.

Pero también recuerda expresar amabilidad en las cosas simples y pequeñas por ejemplo cuando alguien sigue poniendo tanto amor en las cenas que comes. O cuando llegan a tiempo todos los días y hacen bien su trabajo.

7. Oculta una nota sorprendente y amable.

Deja una pequeña nota con una frase amorosa o alentadora en el portátil de tu socio o compañero,  en la mochila de tu hijo o en el libro de tu mujer que esté leyendo en este momento. Ese minuto de tu tiempo logrará que ponga una sonrisa en su cara y esté más alegre y motivado/a.

8. Sólo necesitas escuchar

Escucha – sin pensar en otra cosa – cuando alguien necesita desahogarse. Sólo escúchalo con toda tu atención. O ten una conversación y ayuda a alguien a encontrar su camino, liberándolo de miedos y guiándolo hacía una perspectiva más constructiva y razonable.

9. Recuerda también los pequeños actos de amabilidad

Deja que alguien se meta en tu carril mientras conduce. Si, ya sé que es difícil…, pero ¡hazlo! Sostén la puerta para que alguien pase o pregunta si necesitan ayuda cuando están consultando un mapa con una mirada confusa.

10. Da a alguien un regalo alentador

Alguien en tu vida puede estar atravesando por un momento difícil en estos momentos. Puedes regalarle un libro de inspiración o el DVD de su  película favorita. O simplemente envíale un correo electrónico con un enlace a algo inspirador que has encontrado navegando por internet.

11. Ayuda a alguien en cualquier lugar y momento.

Echa una mano cuando se está haciendo la cena o tu hijo/a se está arreglando antes de salir de fiesta. Si necesitan información ayúdales buscando en Google o preguntando a alguien que conoces. Cualquier momento es bueno para mostrar tu amabilidad.

12. Ayuda a la gente de tu entorno a ver cómo «están haciendo una diferencia» en sus entornos.

Cuando hablas con alguien acerca del día que han tenido o de lo que ha estado sucediendo últimamente, asegúrate a continuación de señalarles que ellos también han difundido la amabilidad dando valor a las personas que les rodean. Las personas están a menudo inconscientes de las cosas positivas que hacen o son minimizadas por sus automatismos inconscientes.

Así que ese recordatorio les ayudará a verse a sí mismos con una luz más positiva, mejorando su propia autoestima.

13. Recuerda las 3 razones de la amabilidad del principio de este artículo.

Te ayudará a ser más amable, incluso cuando no siempre puedas sentirte así. Te animo a que escribas esas razones en un pedazo de papel y pongas esa nota donde la puedas ver todos los días.

14. Cadena de favores crea el Banco de favores

Todo es una “Cadena de Favores” Cuando alguien ha mostrado su amabilidad contigo- no importa cuán grande o pequeño haya sido – a continuación, trata de pagar esa amabilidad siendo amable con alguien tan pronto como te sea posible, podríamos llamarlo el Banco de Favores en el que tienes una cuenta, depositas favores y recibes grandes ganancias en favores que otras personas hacen y harán por ti. Muchas veces no recibirás nada a cambio, que no te afecte, lo que importa es que tu diste y tu cuenta sigue creciendo, la verás convertida en pequeños milagros cada día.

Cadena De Favores - Banco de fotos e imágenes de stock - iStock

15. Y por supuesto…. sé amable contigo mismo.

Así tratarás también con más amabilidad a otras personas de forma natural. Es realmente un hábito ganar-ganar.

Recuerda que siempre debes ser amable aunque algunas veces tienes que poner algunos límites si es necesario.

Una forma sencilla de empezar a ser más amable contigo mismo es cada noche escribir 5 cosas que aprecias de ti y sobre lo que has hecho ese día.

Por tu éxito y el mío

Martha

Bibliografia

Terapia y crecimiento emocional

Vive Saludable

Mazui

Edith Sánchez – La mente es maravillosa