El nervio vago se origina en el tronco cerebral aproximadamente detrás de las orejas y se extiende por cada lado del cuello, cruza el pecho y llega hasta el abdomen, conecta el tronco cerebral con casi todos los órganos del cuerpo, con el corazón, pulmones, estómago, intestinos, páncreas, hígado, riñones, bazo y vesícula. Se mueve a través de casi todos los órganos esenciales.
Es como una gran y crítica autopista o un cable de teléfono trasatlántico con miles y miles de fibras dentro, comparan los especialistas.
«El 80% de esos cables son sensores, lo que significa que el nervio vago en toda su extensión está reportando lo que pasa en todos los órganos del cuerpo al cerebro», describió a la BBC Kevin Tracey, presidente del Instituto Feinstein de Nueva York y un pionero en el estudio de este nervio.
En términos científicos, el nervio vago es el componente principal del sistema nervioso parasimpático, que controla las funciones y actos involuntarios de nuestro cuerpo.
«Tú tienes tu sistema nervioso simpático, la parte del sistema nervioso que te prepara para la acción, mientras que el sistema nervioso parasimpático puedes considerarlo como el interruptor de apagado para eso», explicó la psicóloga Wilson.
«Entonces, el nervio vago del sistema nervioso parasimpático ayuda a cambiar el modo corporal para el descanso, la relajación, la recuperación, la regulación de tu frecuencia cardíaca y la respiración, básicamente todas las cosas divertidas que necesitas para vivir», enumeró.
Por lo tanto, si el nervio vago es esta vía de comunicación con sensores que envían señales desde el cuerpo hacia el cerebro, esto puede tener un impacto directo en nuestra mente, nuestros pensamientos y tal vez incluso en nuestros sentimientos, señalaron los especialistas.
El nervio vago tiene gran importancia en el cuerpo humano, interviniendo en algunas de las funciones básicas del ser humano. En primer lugar, transmite información relacionada con la actividad sensorial y muscular.
Además, el nervio vago controla las funciones motoras en la laringe, el diafragma, el estómago y el corazón. Entre otras, interviene en funciones tan importantes como la contracción del corazón o disminuye la frecuencia del ritmo cardíaco.
Por otro lado, controla funciones sensoriales de oído, lengua y órganos viscerales. El nervio vago produce el reflejo de la tos, la deglución o el vómito. Además, tiene gran importancia en el sistema digestivo, ya que coordina los movimientos de esófago e intestino, así como, los órganos viscerales. Interviniendo, también, en la sensación gustativa e identificación de sabores.
El nervio vago está compuesto por distintas fibras y prolongaciones que conectan y activan órganos y células. En primer lugar, la fibra motora braquial, que interfiere en los músculos de laringe y faringe, la fibra visceral sensorial transmite información desde diferentes órganos, por ejemplo, pulmones y corazón.
La fibra motora visceral, abarca desde el músculo liso hasta el corazón y el tracto intestinal, por último las fibras sensoriales especial y general, transmiten información al paladar y a diferentes partes del oído.
En los casos más severos, el nervio vago puede disminuir la frecuencia cardiaca causando el conocido síndrome vagal que puede provocar desmayos. Además, también se han observado casos en los que existe relación entre el nervio vago y procesos depresivos.
Eres lo que comes…
La evidencia dice que una dieta balanceada hace bien a la salud. Pero ¿cómo se traduce esto en el funcionamiento concreto de nuestro cuerpo? ¿Y qué tiene que ver el nervio vago en esto?
Para tratar de entender este complejo y encadenado proceso hay que empezar con el microbioma.
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES – Representación en 3D del microbioma en el intestino.
Se trata de una colección de microorganismos, principalmente bacterias que viven en todo el cuerpo, pero particularmente en el intestino y que se encargan de defender el organismo de patógenos y bacterias invasoras.
Pero también asumen parte del trabajo de la digestión de alimentos y extraen determinadas sustancias químicas que son buenas para el cerebro.
Y para que estas sustancias lleguen al cerebro necesitan una ruta: el nervio vago.
«Hay muchas vías de comunicación entre el intestino y el cerebro, pero quizás la más estudiada y que nos ha interesado mucho es el nervio vago. Y me gusta recordarle a la gente que lo que sucede en ‘el vago’ no solo se queda en ‘el vago’, sino que en realidad afectará nuestras emociones«, afirmó John Cryan, profesor de Anatomía y Neurociencia de la University College Cork, de Irlanda.
A diferencia del genoma, el microbioma es potencialmente modificable y eso se logra a través de la alimentación. El neurocientífico enumeró una serie de alimentos que se obtienen a partir de la fermentación como el kimchi, la kombucha, el kéfir, el chucrut y el yogurt que son buenos en fibra.
«También se ha demostrado que hay muchas verduras ricas en probióticos que tienen efectos beneficiosos sobre la señalización intestinal-cerebral», explicó.
Además, es recomendable, incluir vegetales en la dieta y evitar alimentos ultraprocesados, así como, harinas y azúcares refinados.
En resumen, comer verduras es bueno, como diría cualquier médico. «El componente fibroso de los vegetales, en particular los químicos como la insulina, alimentan el microbioma que permite sintetizar químicos que (a su vez) estimulan el nervio vago para activar partes del cerebro que te harán sentir de una manera particular», detalló el doctor Xand van Tulleken, del programa Made of Stronger Stuff de la BBC.
Estimulación del nervio vago
Existen tratamientos médicos que estimulan el nervio vago por razones terapéuticas, mediante un pequeño dispositivo similar a un marcapasos que da un impulso eléctrico.
Actualmente, tiene un uso médico limitado para afecciones como la depresión y la epilepsia que son difíciles de tratar.
«El aparato envía una estimulación eléctrica suave y regular a lo largo del nervio (vago) hacia el cerebro. De alguna manera esto calma la actividad cerebral irregular que conduce a convulsiones. Por lo tanto, puede ser que la activación del nervio vago haga que el cerebro libere sustancias químicas, neurotransmisores, que reducen la actividad convulsiva», explicó el doctor van Tulleken. Pero su efectividad varía mucho dependiendo del paciente.
También existen investigaciones sobre la estimulación del nervio vago que puede aplicarse a tratamientos para enfermedades que producen inflamación en el cuerpo, como la artritis reumatoide.
«Si entiendes que el nervio vago tiene la capacidad de ser como los frenos de un auto para detener la inflamación, está la posibilidad de piratearlo con dispositivos o medicamentos para apagar la inflamación», opinó el investigador Kevin Tracey.
Si dejamos de lado las enfermedades y los tratamientos, a nivel personal podemos también estimular el nervio vago para bajar los niveles de ansiedad y estrés. Entre las técnicas están cantar, tararear o repetir mantras.
Estimular el nervio vago usando la conexión mente-cuerpo
Algunos ejercicios y terapias cuerpo-mente que ayudan a mejorar el tono del nervio vago son las siguientes:
En muchas ocasiones, prevenir patologías o alteraciones en el nervio vago no es posible, sin embargo, existen ciertas pautas que pueden ayudar a prevenirlas. En primer lugar, trabajar la respiración mediante técnicas de control y relajación, para ello, puede ser muy útil practicar disciplinas como el yoga o el pilates.
Cantar. Cantar solo o con otros estimula el nervio vago, según la investigación. Al cantar con otras personas, la frecuencia cardíaca se sincroniza. Se cree que el nervio vago es responsable de esto.
Meditar. Un estudio descubrió que meditar ayudaba automáticamente a tonificar el nervio vago. Además, se ha descubierto que el mantra OM aumenta el tono vagal al mismo tiempo que reduce la actividad en la amígdala, el centro de miedo del cerebro.
Yoga. El ejercicio moderado de cualquier tipo puede estimular el nervio vago, pero el yoga destaca sobre todos ellos. Numerosos estudios respaldan que el yoga aumenta la actividad parasimpática del sistema nervioso que, a su vez, mejora el tono vagal. Por ejemplo un estudio encontró que el yoga no solo mejora el tono vagal, sino que aumentó la liberación de GABA, el neurotransmisor de la relajación.
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Acupuntura. Fortalece el tono vagal. Los puntos de acupuntura tradicionales, particularmente la acupuntura auricular, estimulan el nervio vago, tal y como ha demostrado la investigación.
Reflexología. Se ha encontrado que la reflexología podal aumenta el tono vagal.
Duchas breves de agua fría: exponerse unos pocos minutos al agua fría también estimulan el nervio vago, según un estudio. Pues, estos baños contribuyen a atenuar el efecto lucha-huida que genera el estrés. En este caso, lo ideal es convertirlo en un hábito cotidiano para aprovechar sus efectos.
En un futuro, tal vez la fusión de las nuevas tecnologías con viejas y conocidas prácticas ayude a obtener un beneficio para nuestra salud corporal, mental y emocional.
Por tu éxito y el mío
Martha
Bibliografia
BBC News
Rekovery
La mente es maravillosa