EL ZEN, ¿SE PUEDE APLICAR A LA VIDA MODERNA?
Sin duda, esta milenaria filosofía puede ser aplicada a la vida moderna. Vemos que el principio de la filosofía Zen se puede resumir en “acercarte a ti mismo”, este principio nos puede ayudar a liberarnos de los grilletes de nuestra mente, ofreciéndonos soluciones para afrontar los sufrimientos que van apareciendo en nuestra existencia. Asimismo, los valores zen se pueden aplicar en nuestro día a día, no es necesario ponerse místico e ingresar en un monasterio para escapar del mundanal ruido. La doctrina zen se puede aplicar en todo lugar y en todo estado mental, la filosofía Zen se basa en:
Conducta pura
Para un practicante zen, la pureza es fundamental. Ésta conlleva su demostración a través del cuerpo, del habla y de la conducta mental. Somos un todo y en todo nuestro ser debe verse reflejada.
Tranquilidad en la vida
El mundo en el que vivimos transita a una velocidad que quizás no es la más adecuada para la felicidad del ser humano. Venimos a un mundo donde desde que nacemos se nos prepara – ¿o quizás no? para correr física y mentalmente en todo momento. El zen en mi opinión sirve de antídoto para esa vorágine, quizás debamos ocupar algo de nuestro tiempo en aprender a mantener nuestra mente quieta.
Vida segura y adaptación a la misma.
A través de la comprensión de lo que significa el zen tendremos seguridad en nuestra vida. La vida es cambio constante por lo que nuestra capacidad de integrarnos con los diferentes momentos que nos ofrezca nos permitirá transitar sin sobrecalentar nuestro motor interno. Si no es así, nuestra vida vagará en la inestabilidad, pues realmente no hay nada seguro.
Estabilidad vital
Debemos saber cuál es nuestro rumbo en la vida, debemos entender cómo somos y cuáles son nuestros límites. Nos tenemos que hacer muchas preguntas para conocernos mejor y dotarnos de esa estabilidad interna. Sin una clara dirección, podemos confundirnos con otro camino o simplemente movernos en círculos, la sabiduría zen te ayudará a centrar el tiro. Si tenemos una dirección, tarde o temprano llegaremos a ella.
Vive el aquí y ahora
Este es el único momento que tienes, no hay más que un aquí y un ahora, el pasado es solo alcanzable a través de nuestros recuerdos, el futuro es solo nuestra imaginación trabajando.
Nos pasamos el día viajando del pasado al futuro, lo que hace que nos perdamos lo más apasionante que tenemos el aquí y ahora.
Tolle dice que la idea de un cielo futuro crea un infierno presente. ¿Es necesario llevar el apego a este extremo? Si no pensara en el pasado o en el futuro, ¿no me convertiría en una persona irresponsable?»
«Estar presente» no es ignorar el pasado o el futuro. Eso es imposible en realidad, porque el acto de pensar en un pasado o un futuro en realidad está teniendo lugar en el presente. Es imposible no estar presente. Lo que cambia es cómo te identificas. O mejor dicho, cómo identificas tu Ser.
Se trata de ampliar tu perspectiva, expandir lo que identificas como una parte potencial de Ti. Reconociendo que tienes tan poco control y poco conocimiento de, bueno, cualquier cosa en el mundo, que también podrías dejarlo ir y ser humilde al respecto. Ten tus metas profesionales, pensamientos e ideas, tus esperanzas y sueños, pero no le adjuntes el Ser de tal manera que sufrirás si no los logras.
Recuerda lo que te ha sucedido y disfruta de tus recuerdos, pero no bases tu identidad en ello.
Obviamente, todo esto es más fácil decirlo que hacerlo.
Focalízate en lo que haces
Pasamos de un pensamiento a otro con tremenda velocidad, sin apenas percibirlo. Tenemos que aprender a focalizarnos y prestar más atención al momento presente. Concéntrate en lo que haces, si estás escribiendo algo, si estás escuchando una canción, si estás haciendo ejercicio, ata tu mente a esa actividad, procura que tus pensamientos no vuelen a otro lugar, céntrate en la actividad que estés ejecutando, esto es parte de la meditación en movimiento. Hagamos lo que hagamos centrémonos en ello.
Sé fiel eternamente a tus sentimientos
Sigue a tu corazón, como si te fuese la vida en ello. Nuestros sentimientos son un termómetro de nuestra alineación entre emociones, acciones y propósito de vida. Escucha tu corazón, nunca te guiará por el camino equivocado, cuando tus sentimientos sean amargos, establece los cambios que necesites para sentirte a gusto. Nuestros sentimientos y emociones son indicadores de qué tan alineados estamos con nuestros propósitos, por eso estar atentos y ser fieles a lo que sentimos será importante. Nuestra vida se merece fidelidad, y por ello quizás lo mejor sea llevarnos por nuestro corazón, por nuestra intuición. La fidelidad y la confianza son los pilares de la filosofía zen.
Aprende a soltar
Para recorrer el camino de la vida, nuestra mochila debe llevar lo esencial. Dejar ir es uno de las premisas básicas no solo en la filosofía zen, sino en todas aquellas inclinadas a una vida plena, atarte a algo te limita, te encadena, no te deja crecer, no te da espacio a vivir nuevas y mejores experiencias. Toma la experiencia para tu aprendizaje, pero deja ir lo que te hace daño, lo innecesario, lo que te resiente, los pensamientos que te agobian. Acepta y suelta.
Acéptate cómo eres y ámate cómo eres.
Todos los grandes cambios deben comenzar desde dentro, para amar a los demás como se merecen, primero hay que amarse a uno mismo y el amor por ti mismo es el más importante que puedes sentir hacia cualquier otro ser. Amarte te garantizará bienestar, te ubicará en situaciones cómodas para ti, te permitirá tener relaciones que partan del amor y el respeto. Eres un ser perfecto tal como eres.
Haz de la honestidad tu lema.
La honestidad te permitirá decidir óptimamente, te permitirá reconocer tus limitaciones, tus errores, tus aciertos y desaciertos, te permitirá construir relaciones más sólidas, con personas que probablemente tengan la honestidad como uno de sus valores. La honestidad es un valor que abre puertas. La honestidad lo es todo.
Acepta tus responsabilidades en la vida.
Eres la persona más importante que tienes a cargo, cuídate y cuida tu mundo, es tu espacio, todos pertenecemos a una unidad, provenimos de lo mismo y estamos conectados. Cuida tu espacio, cuida tu entorno, hazte responsable de tu pedacito, será tu forma de cambiar el mundo, ya lo decimos por aquí: un universo mejor es posible, y granito a granito haremos de este mundo un lugar en paz y más feliz.
Siendo responsables de nuestros actos nos acercará a nuestros objetivos de una forma mucho más plena. La responsabilidad es un gran baluarte dentro de la filosofía zen.
Encuentra la paz interior
A través de la conexión con tu esencia podrás acercarte a ese estado deseado. Si queremos una vida zen debemos domar a nuestra mente para que la libertad se adueñe de todo, para que reine la paz interior en nuestra vida. Nuestra tranquilidad interna solo dependerá de nosotros.
Ten en cuenta tus deseos
Que tus deseos ocupen lugares prioritarios al momento de tomar decisiones, pensar en tus deseos y trabajar para que se materialicen será una muestra de amor propio y de sentido de propósito.
No te opongas a la corriente de la vida, fluye con ella
No te resistas, mientras mayor capacidad de adaptación tengas, mientras menos resistencia tengas ante los cambios, te será más sencillo disfrutar una vida plena.
Texto inspirado en:
Los 12 principios Zen
Un Universo mejor
El blog de Mark Manson
Con amor, por tu éxito y el mío.
Martha.