Hay una habilidad que considero la más importante de todas en nuestras relaciones sociales, la Empatía.
Sí, esa habilidad que te hace ponerte en los zapatos del otro y comprender mejor sus necesidades y deseos.
Por ejemplo, hoy te has levantado contento, te sientes bien. Entonces llegas al trabajo y algo se te mete por dentro, una tristeza que no puedes explicar. Tu día comienza a torcerse y no entiendes la razón. Es, cuando tu compañero te cuenta algo profundamente triste, y observas que él se siente así, cuando entiendes la razón de tu pesar. ¿Alguna vez te ha ocurrido eso? Si es así, es porque eres una persona empática, o, mejor dicho, puedes sentir la empatía por dentro.
La empatía es una de las competencias más importantes de las que están incluidas en la inteligencia emocional. La palabra procede de los vocablos griegos en que significan “dentro de él” y “lo que se siente”. Sin embargo, el significado real de este fenómeno psicológico es aún más importante que la capacidad de ponerse en el lugar de otro.
¿Qué es la empatía?
La empatía es la capacidad de comprender la vida emocional de otra persona, casi en toda su complejidad. Esto no supone necesariamente compartir las mismas opiniones y argumentos que justifiquen el estado o reacción que expresa la otra persona. Ni siquiera significa estar de acuerdo con el modo de interpretar las situaciones de carga afectiva del interlocutor.
La empatía se refiere entre otras cosas a la escucha activa, la comprensión y el apoyo emocional. Además, implica tener la capacidad suficiente para diferenciar entre los estados afectivos de los demás y la habilidad para tomar perspectiva tanto cognitiva como afectiva, respecto a la persona que nos expresa su estado emocional.
Sus componentes
Quizá en algunas ocasiones no te has sentido escuchado por falta de feedback, apoyo o comprensión. En otras muchas ocasiones, quizá sientas que no has sabido atender adecuada y empáticamente el estado emocional de la otra persona y te preguntas: ¿Qué necesito o debo hacer para ser más empático en mi vida diaria?, fundamentalmente, los componentes de la empatía son los siguientes:
Saber escuchar
Presta atención a lo que explica o argumenta la otra persona, atiende a las manifestaciones no verbales, como seria en el caso de los gestos que se corresponden con el estado de animo que se verbaliza y no interrumpas el discurso verbal. Asimismo, reflexiona sobre lo que la otra persona te está comunicando, expresa señales de seguimiento activo a modo de feedback: mira a la cara, asiente con la cabeza o refleja expresiones faciales congruentes con aquello que te está explicando la otra persona. Por otro lado, es necesario mostrar interés preguntando detalles sobre el contenido de la conversación.
Interpretar las señales no verbales
Comprende los mensajes transmitidos de carácter paralingüístico, tales como la entonación, el tiempo de respuesta, el volumen…
Mostrar comprensión
Podemos mostrar comprensión congruente a aquello que nos explican a través de frases como: “Comprendo que actuases así” “Entiendo como te sientes” “La verdad es que debiste pasarlo genial”
No se deben invalidar, rechazar o juzgar las emociones de la persona que las expresa, ya que ésta es una premisa fundamental para mostrar sensibilidad empática.
Prestar ayuda emocional si es necesario
Es importante preguntar siempre a nuestro interlocutor si necesita algún tipo de ayuda. Sin embargo, en muchas ocasiones con el simple hecho de escuchar activamente al otro le permitimos “ventilar” y gestionar su estado emocional. De esta forma siente alivio por tener un oyente confiable a quien transmitir sus emociones. Cuando la persona escucha empáticamente ha vivido una situación emocional semejante a la que se está expresando, el proceso comunicativo es más fluido, ya que se produce una mayor sintonía emocional.
Para que practicarla
La empatía como habilidad de la inteligencia emocional, es importante porque posibilita experimentar diferentes beneficios.
- Permite disfrutar de relaciones sociales participando más con el grupo de amigos, compañeros o familiares.
- Ayuda a sentirse personalmente mejor
- Facilita la resolución de conflictos
- Predispone a ayudar a los demás y compartir
- Aumenta el carisma y el atractivo
- Permite ser más respetuoso
- Desarrolla capacidades de liderazgo, negociación y colaboración, así como ser mejor considerado por los demás
¿Como cultivar la empatía?
Practicar la empatía nos ayuda a ampliar nuestras perspectivas y con ello a enriquecer nuestro mundo con nuevas ideas, puntos de vista y oportunidades. Es una habilidad social clave, que como ya hemos visto, nos permite escuchar mejor, comprender y formular mejores preguntas, tres aspectos fundamentales de una buena comunicación. Además, es una de las bases para construir relaciones sólidas y enriquecedoras, basadas en la confianza, la comunicación y el respeto.
Puedes incorporar a tu rutina tres sencillos ejercicios para mejorar tu empatía.
1. Pregunta y muestra interés
Empieza cualquier encuentro o conversación con preguntas abiertas y personalizadas: ¿Cómo estás? ¿Qué tal el trabajo? ¿Cómo va el proyecto que empezaste? ¿Cómo estuvieron tus vacaciones?
2. Lee guiones de teatro
Lee guiones de teatro y céntrate en un personaje: busca en el texto lo que hay más allá de las palabras: la historia personal, experiencias previas, los miedos que esconde, sus deseos e ilusiones, las emociones que están a flor de piel.
3. Elige a una persona
Elije a una persona al azar e intenta averiguar a través de su comunicación no verbal lo que la mueve (emoción y pensamiento) a hacer lo que hace y como lo hace. Un buen momento para llevar a cabo este ejercicio es en el transporte público, en una cafetería. Estos lugares son ricos en escenas ya que pueden servir para poner en práctica la empatía.
«Todos tenemos neuronas espejo, que nos ayudan a poder empatizar con los demás. Las personas que son altamente sensibles tienen estas neuronas espejo mucho más desarrolladas, por lo que viven la empatía no solo desde un punto de vista conceptual, sino también desde un punto de vista físico en el que se ven capaces de vivir lo que siente otra persona», explica Meritxell Garcia Roig.
«No es solo hablar con alguien, conocer su situación y empatizar con ello. Es sentirlo en tu propio cuerpo, estar en la situación que esa persona está viviendo, a nivel de sensaciones físicas, de emociones»
Según García Roig, «Conectar con los demás a este nivel tan profundo es bonito, al final te llena, te sientes más cerca de las otras personas, eres capaz de ponerse en su situación».
Evitar a los «vampiros emocionales»
Destaca la importancia de reconocer qué nos va bien y qué no, en todos los planos de nuestra vida: qué comemos, cómo nos vestimos y qué relaciones tenemos. Hace hincapié en las relaciones, un plano esencial en nuestra vida y afecta al resto de la esfera vital: «Cuando una relación no va bien, cuando tú evolucionas, o esa persona, y solo os hacéis daño, y eso no quiere decir que no aprecies a la persona, pero a lo mejor necesitas otra relación y esto hay que poder hablarlo con naturalidad»
Habla entonces de lo que ella denomina «vampiros emocionales» y «narcisistas», «personalidades que buscan la atención de otras personas, porque tienen carencias de autoconocimiento, no saben darse el apoyo a ellos mismos que necesitan». Para evitar el daño que pueden realizar este tipo de personas a «los empáticos», Meritxell recomienda en primer lugar identificar a estas personas en nuestra vida. «Porque veamos a una persona todos los días, no quiere decir que debamos tener una relación profunda», asegura. Añade que en caso de encontrarnos rodeados de personas así, se pueden utilizar varias técnicas, como «contestar con monosílabos e interaccionar lo mínimo para no cansarse» o «interaccionar con esa persona con otro alrededor, repartiendo así la carga emocional».
La autora termina hablando sobre cómo la empatía es algo que nos enseñan a tener hacia los demás, pero no hacia nosotros mismos. «Al estar tan conectado con el exterior necesitas hacer un ejercicio contigo mismo para entender qué es lo que tú necesitas de verdad», dice y concluye: «Eres el mejor amigo de todo el mundo y el peor enemigo para ti mismo».
Hay que tener en cuenta que la empatía (más que aprenderla) se desarrolla, se cultiva. Y lo mejor de todo es que no necesitas ser un experto en interacciones sociales para empezar a ponerla en práctica.
Simplemente algunos pequeños detalles son los que pueden empezar a hacer ya la diferencia.
Prestar atención a los demás. Ser genuinamente curioso. Preguntar. Pero, sobre todo, escuchar y si quieres ir un poco más allá, ayudar. Estas simples acciones de tu parte harán que inevitablemente las personas consideren que eres alguien con quien fácilmente pueden “conectar”
Por último, recuerda lo que dijo Theodore Roosevelt:
«Las personas más exitosas no son las más inteligentes, ni las más fuertes, sino las que saben cómo interactuar mejor con los demás.»
Por tu éxito y el mío
Martha
Bibliografía
ABC Bienestar
Miquel Roman
Beatriz Anguís Sanchez – Psicología y mente
Mazui